Escribo esta columna en un día clave para el futuro del país. En las próximas horas, poco a poco se irán desvelando los resultados del proceso electoral, pero, por lo pronto, hay un sabor de boca muy bueno por la nutrida participación ciudadana en las urnas, y de ninguna manera me imagino una distancia de 20 puntos en la elección presidencial. Es pronto para decirlo, pero si se confirma un resultado cerrado, creo que las firmas encuestadoras deberían ser llamadas a cuentas y, además de dar la cara a la nación y ofrecer las disculpas del caso, sin ningún tipo de pretexto, deberíamos abrir una discusión para valorar sanciones a quienes publiquen encuestas electorales que se desfonden con la realidad.
En todo caso, sea cual sea el resultado, el turismo estará esperando, una vez más, a que el aparato público le brinde los apoyos que requiere y no solo funcione aquello de que es una prioridad en el mundo de los relatos. En un ejercicio de valoración de la política pública en materia turística que prepara STARC Anáhuac Cancún para el Consejo Nacional Empresarial Turístico, se vislumbra que, de seguir en un tratamiento inercial, el turismo seguirá creciendo, pero su aportación al PIB nacional, que se sitúa en 8.4% (2022), podría descender de 8.0% para el fin del próximo sexenio.
Los recientes indicadores del Índice de Desarrollo Turístico del Foro Económico Mundial siguen insistiendo en que la situación de México es regular, al situarnos en el sitio 38 de un total de 119 economías. Muy bien en algunas ventajas comparativas (en atractivos naturales somos el número 1, pero muy mal en desventajas competitivas como la seguridad, en la que ocupamos el lugar 119).
TEMPORADA NACIONAL DE VERANO, EN RIESGO
Si bien el movimiento de vacacionistas nacionales alcanza dos momentos de alta intensidad durante la Semana Santa y el periodo de fin de año, por su duración, el flujo más importante se presenta durante el periodo estival.
De no suceder algo extraordinario con los resultados de la jornada electoral, el ánimo de los mexicanos para viajar en el corto plazo es muy positivo. La más reciente lectura sobre la confianza de los mexicanos para poder viajar en los próximos meses no solo es la más alta para un mes de abril, sino que ha sido la más elevada para cualquier mes desde que se realiza el levantamiento de la Encuesta de Confianza del Consumidor del Inegi (2003).
Sin embargo, la coyuntura del llamado a revisión de las turbinas de los equipos Airbus 320 y 321neo, realizado por su fabricante (Pratt & Whitney) está teniendo un fuerte impacto en el movimiento nacional, pues dos aerolíneas cuentan con esos aviones: Viva Aerobus y Volaris. En el primer cuatrimestre del año se registró un descenso de cerca de un millón de pasajeros nacionales en comparación con el mismo periodo del año previo. A pesar del aumento del flujo por la reciente apertura del aeropuerto de Tulum, el Caribe mexicano reporta un descenso de 6.8% en el mismo periodo, habiendo perdido un poco menos de 250 mil pasajeros.
El tiempo que está tomando la revisión de estos motores es bastante largo y es más que probable que la oferta de asientos para este verano se reduzca de manera importante. Esta condición, además de impactar en el volumen de viajeros, repercutirá en su bolsillo, pues se observa un significativo incremento de tarifas a algunos destinos.
Del otro lado, la fortaleza del peso hará que muchos viajeros opten por desplazarse al extranjero, lo que también impactará a los destinos mexicanos. La combinación de tarifas altas en el mercado nacional y competencia internacional es un difícil reto. Muestra de ello es que, en una búsqueda de opciones de vuelo a Cancún, saliendo de la Ciudad de México, en la primera semana de julio, encontré tarifas de 600 dólares por persona. En contraste, con la misma aerolínea nacional los precios para viajar a Orlando eran de 500 dólares…
Director del Sustainable Tourism Advanced Research Center (STARC) Anáhuac Cancún
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ROBERTO JIMÉNEZ
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