Sin duda, la agenda turística termina el año a tambor batiente. Por razones de espacio nos referiremos sólo a dos temas relevantes: el segmento de ferias y exposiciones, y los resultados del turismo internacional en septiembre
Sobre las ferias y exposiciones hay que decir que esta actividad forma parte del mercado de turismo de reuniones que, a su vez, se suele incluir dentro del turismo de negocios, estimándose que en el mundo, alrededor de 15% de los viajes internacionales están relacionados con este último componente.
Tal vez la principal pregunta que hay que formular en materia de ferias y exposiciones es si estas siguen siendo vigentes en un escenario en que la distribución incursiona, cada vez más, en un mundo altamente digital. Como muestra, en el tema turístico, de pronto podría asumirse que estos eventos son herramientas promocionales del cajón del siglo pasado.
Hace unos días tuve oportunidad de participar en una reunión con altos ejecutivos de Reed Exhibitions, firma líder de esta industria en el planeta y al responderme sobre esta interrogante, Hervé Sedky, presidente de la empresa para las Américas, señaló, enfáticamente, que el mecanismo mantiene su relevancia como una formidable posibilidad de realizar el marketing cara a cara, con un rasgo distintivo que resulta clave en el entorno de los negocios: la posibilidad de construir confianza entre compradores y vendedores; de igual manera, en un entorno de desaceleración económica como el que se avecina en el mundo, agregó, los encuentros empresariales desarrollados en las ferias y exposiciones continúan generando actividad económica.
No obstante, en opinión de Sedky, para mantener su vigencia, los multicitados eventos tienen que ser capaces de seguir patrones de innovación, lo que por ahora se lleva a cabo —al menos en su empresa— a través de tres focos estratégicos: el contenido de los eventos, la personalización de actividades hacia los participantes y, finalmente, el trabajo permanente de la mejora de la experiencia tanto para compradores como para los oferentes.
Me parece relevante señalar que, actuando como moderador de un panel realizado en el Encuentro Turístico del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), le planteé al titular del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo, Darío Flota, una interrogante similar sobre la vigencia de las ferias turísticas y su respuesta fue la misma… aunque cuestionó la falta de innovación de la feria turística mexicana por excelencia: el Tianguis Turístico.
Sobre los resultados del turismo internacional de septiembre dados a conocer por el Inegi a final de la semana pasada, habría que decir que suponen una importante llamada de atención sobre la marcha de la actividad turística, porque como lo adelantamos reiteradamente en este espacio, muestran una muy importante desaceleración en los ingresos por visitantes internacionales e, incluso, presentan un resultado marginalmente negativo (-0.7%) en las divisas generadas por el turismo aéreo hacia el país —segmento que contribuye con 80% de los ingresos—. Al respecto conviene recordar que en agosto del año pasado se dio el relevo en la responsabilidad del operativo estadístico para contabilizar los flujos de visitantes internacionales, pasando del Banco de México al ya mencionado Inegi; los primeros levantamientos sugerían que, entre otras variaciones relevantes, en el pasado había una subestimación en la estimación de los ingresos de los viajeros por vía aérea con lo que los crecimientos anunciados de dos dígitos en las divisas, serían más bien un espejismo o, por lo menos, las variables no eran sujetas de comparación.
Más allá de confirmarse en los meses sucesivos la falta de comparabilidad de las cifras, parece que ya es tiempo de que se asuma lo que en la industria se viene señalando desde hace meses: estamos en el umbral de tiempos difíciles para el turismo mexicano y estos pueden ensombrecerse aún más en la medida que la recesión se adueñe de la economía norteamericana, por lo que se deben refrendar los acuerdos entre autoridades y empresarios para poder sortear la inminente tempestad. De lo contrario el daño puede ser, realmente, mayor.
Director de la Facultad de Turismo y Gastronomía, Universidad Anáhuac México. Twitter: @fcomadrid