México ha apostado en las últimas décadas por promover la presencia de las mujeres en las instituciones legislativas .
Las elecciones de 2021 sellaron con éxito esta tendencia, al permitir que, por primera vez en la historia, la mayoría de los Congresos estatales estén ocupados por mujeres. Motivados por esta presencia masiva, desde el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México estudiamos la representación política de las mujeres desde una perspectiva multidimensional en 64 legislaturas de los 32 Congresos mexicanos, 2 mil 234 representantes, la integración y presidencia de mil 778 comisiones legislativas, el contenido de 24 mil 397 iniciativas y de 7 mil 696 leyes aprobadas.
Los hallazgos corroboran que las reformas paritarias han sido exitosas en la elección de mujeres y que cuanto mayor es el número de legisladoras, mayor es la proporción de mujeres dirigiendo las legislaturas, participando en comisiones de todo tipo y en el uso del lenguaje inclusivo. Una mayor presencia de mujeres implica también un mayor número de iniciativas presentadas por mujeres (más de 10%), mayor capacidad de materializarlas en comparación con la que tienen los hombres (31% vs. 29%) y una mayor aprobación de iniciativas consideradas feministas. Todo ello supone avances claves en la democratización del país.
Pero otros hallazgos no resultan tan optimistas. La investigación señala que hay aún retos. Las mujeres presiden más comisiones blandas (género, bienestar) que duras (economía, seguridad); no consiguen ejercer el poder ni controlar recursos en condiciones de igualdad con los hombres; los Congresos siguen generizados y, a pesar del incremento de las iniciativas feministas, estas siguen siendo pocas (16.6% de las 24 mil 397 presentadas). La agenda continúa privilegiando los intereses masculinos mientras que los intereses de las mujeres se representan cuando no desafían valores establecidos y se integran dentro de las prioridades del partido gobernante. En resumen, aún queda mucho por hacer para que la presencia se convierta en influencia con la intención de reducir las desigualdades de género que viven las entidades federativas.
Flavia Freidenberg
Investigadora. Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM