No conocí bien a Pipe . Intercambiamos saludos en un par de eventos familiares y coincidimos en mismo número de ocasiones en la Carrera del Día del Padre . Fue primo de mi esposa, disfrutaba correr y hacer otros deportes, y apenas la semana pasada —inesperadamente— se adelantó.
¿Hasta qué edad es correcto decir que una persona se ha adelantado? Quizá la respuesta no se encuentre en un número, sino en la inconmensurable tristeza que —de súbito— emerge en quienes la esperaban en casa, pues no había duda de que llegaría. ¿Por qué?
El ejercicio es fundamental para una vida sana, pero ni el hombre más deportista del mundo tiene garantizada la vida. “¡Pero si no fumaba, casi no bebía y hacía mucho ejercicio!”, ¡cómo puede ser!”, solemos repetir cuando alguien así se va, aunque simplemente a veces así es. El ejercicio no tiene palabra de honor, y cuando el tiempo nos llama —como sabiamente reza n Los Alan Parsons Project —, quién sabe si volvamos a vernos, a pesar de los intentos.
Cada semana que escribo esta columna, me llega espontáneamente una canción que repito sin cesar desde la primera mayúscula hasta el último punto. Ahora, curiosamente, tocó “Time”, de aquella banda inglesa de rock progresivo, cuya letra pareciera una voz proveniente de más allá del espacio: “Goodbye my friends, maybe forever. Goodbye my friends, the stars wait for me. Who knows where we shall meet again, if ever ”.
A sus 55 años, Felipe Pérez Arredondo , mejor conocido como Pipe, corría, de pronto jugaba fut y, sobre todo, voleibol en el Club Asturiano. Lo conocí poco, pero igual sé —como reiteraron sus más cercanos en su ceremonia de despedida por Zoom— que era una magnífica persona. Algunos dijeron que ahora sería un ángel y los cuidaría.
Yo no estoy seguro qué sucede cuando partimos, pero —de pronto— pensé que a lo mejor más bien los que nos quedamos somos quienes nos convertimos en guardianes de quienes se van, pues debemos resguardarlos seguros en nuestros recuerdos y protegerlos para que no desaparezcan. Pero puede ser como cada quien quiera, pues así como la vida es lo que cada uno cree, seguramente la muerte también.
Como sea, no dejemos el ejercicio y tratemos de ser felices. Y cuando no tengamos la posibilidad de despedirnos de quienes queremos, viajemos a los recuerdos y en los mensajes de las canciones. G oodbye my love, the tide waits for me... Time keeps flowing like a river, to the sea.
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