Cuando la noticia es que Messi y otras estrellas del balón se subieron al reto de las 10 dominadas de papel de baño (#10ToquesChallenge) y sus videos alcanzaron los no sé cuántos miles de likes, mi conclusión es que no hay ya mucho para hablar sobre futbol o deportes. Por ahora, se acabó el tema de conversación, algunos programas, las Ligas, las rivalidades, los campeones.

Ustedes no están para saberlo, ni yo para contárselos, pero en momentos como estos, en medio de crisis muy profundas, de peligros inminentes y en el instante donde se asoma la posibilidad de que lo aparentemente seguro se nos acabe, es cuando a los seres humanos nos da por gritar a los cuatro vientos nuestros más profundos secretos con todas las fuerzas: Señoras y señores, soy un esotérico empedernido.

Probablemente me arrepienta de confesarlo, como el baterista de Stillwater en la película“Almost Famous”, luego de que el avión en el que viajaban finalmente se salva de estrellarse al ceder la terrorífica tormenta que, en medio de confesiones desafortunadas de los integrantes de la banda, lo incita a él a revelarles que no es realmente quien ellos creen: “Fuck it: I’m gay!”, y enseguida la aeronave se estabiliza.

Ojalá que la pandemia pase pronto, pero lo dudo, así que les relataré un breve encuentro que tuvimos un pequeño grupo de conocidos y extraños hace varios años, con una maestra australiana, en un intensivo en el que en pleno estado de trance nos transmitía mensajes:

“El día menos pensado dejaremos de competir. De un día para otro, se acabarán las competencias y volveremos a ser uno. Cuando el esfuerzo y las ganas de triunfar de todos se enfoquen en un objetivo y en un fin común, entonces habremos ganado. Incluso, el futbol pasará a segundo plano, los estadios se cerrarán y juntos abriremos portales a lugares insospechados. La gloria es mucho más que levantar un trofeo, es más parecida al sentimiento de conectarnos”.

En su momento me pareció exagerado, incluso ridículo. ¿En qué se oponen los deportes de competición a nuestro sentido y evolución como raza? “En nada”, respondió la australiana, a la pregunta de uno de los asistentes. “Sólo que quizá hemos confundido los papeles y la importancia de los eventos” , concluyó, y me dejó igual de confundido.

Aficionados que viven la intensidad del futbol, mientras regresa la Liga MX, la Santander, la Premier o los Olímpicos , estos son días de querernos, ayudarnos y recomponernos, porque sí, definitivamente hay cosas más importantes que el futbol.

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