Hay que hablar de la gente que hace la diferencia. De los que destacan, de aquellos que son distintos. Se sobresale por esa diferencia en la manera de andar, de querer o vestirse. Por desvestirse de un modo original también. Figuramos por el peinado, las calificaciones —sea para bien o no tanto— y las capacidades. Por el modo de hablar, por la voz, por la forma de ser. Si uno se pone atento, dondequiera puede encontrar gente así, diferente, única. Hasta en la Policía.
“Con su corazón de pollo no va usted a ser nadie en la Policía”, le repetía don Renato Sales Gasque —con cierto cariño, pero sobre todo con una admiración confidencial— a don Fernando Tena Martínez , allá en 1987, cuando aquel se desempeñaba como Procurador del Distrito Federal y este trabajaba a sus órdenes. “Tena”, como desde entonces lo llaman, no era un policía normal.
Hoy, trabaja como guardia del Servicio de Protección Federal , órgano desconcentrado de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. En abril pasado, fue aceptado en las filas de la corporación, y enseguida lo asignaron a la vigilancia de los Viveros de Coyoacán . A sus 61 años de edad, se levanta a las 4:00 am para cumplir sus funciones en la puerta 5, donde se le ve sonriente con esa botella verde vacía de refresco de dos litros que decidió llenar de piedritas para animar a los miles de corredores que a diario se dan cita ahí.
Animoso como pocos, Tena baila al ritmo de la música del maestro de aeróbics que está instalado a pocos metros, y reparte sin distinción los buenos días, mientras agita su particular matraca. “¡Hoy es un gran día, mi linda!”. “¡Vamos campeón, a correr con alegría!”. “¡Con todo, amores, vengan esa felicidad y esas ganas!”. Lo grita de corazón, con la mejor de las intenciones y con una energía que se contagia.
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Apenas el 28 de mayo, él y sus compañeros frustraron un robo dentro del vivero, porque así como baila también encara criminales. “La autoridad no está peleada con la amabilidad”, me dijo humildemente, antes de ser interrumpidos por otro corredor que ya se iba: “Hasta mañana, mi amigo y señor policía de los ojos bonitos, que esté bien”.
Elementos como Tena ayudarían a Rosa Icela Rodríguez , titular de esa Secretaría, a reconciliar a la ciudadanía con las fuerzas del orden. Que sirvan estas líneas para que se conozca su historia. Y quien quiera ver que aún existen en nuestro México personajes que hacen la diferencia, acérquese a la puerta 5 del Vivero de Coyoacán.
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