Hace exactamente un año, vi la película de Ford vs Ferrari. Fuimos mi esposa, mi hija de enmedio y yo a una sala atiborrada. Muy hermoso aquello. Éramos felices y sí lo sabíamos. No tiene mucho que ver con la columna de hoy, pero al escribir el título me vino la cinta a la mente.
A mi parecer, no existe una rivalidad tal entre ciclistas y corredores, a diferencia de los e stadounidenses y los italiano s cuando de automotores se trata. Sin embargo, hay que decirlo: de pronto tenemos ciertos desencuentros.
A mí, que soy corredor, me han tocado algunos insultos desde bicicletas. Salvo los triatletas, quienes saben de lo que se trata tanto ir a pie como en dos ruedas, no es raro que los ciclistas insulten en las ciclopistas o en el carril para bicis de Insurgentes, al rebasarnos. Entendemos que son carriles confinados para las bicicletas, pero las banquetas —a veces— son intransitables y necesitamos bajar a la calle.
Este domingo, cuando corríamos por un pequeño circuito, justo frente a la Unidad de Posgrado de Ciudad Universitaria, mi esposa y yo tuvimos un pequeño lapsus y nos quedamos petrificados por unos instantes a mitad de la calle, ante el paso de varios ciclistas. Un man a toda velocidad —que bien pudo seguir sin problema a nuestra izquierda, pero prefirió innecesariamente pasar por nuestro lado derecho y rozar a ella con el manubrio—, con la boca también desenfrenada nos gritó muy molesto: “¡Chingada madre, muévanse!”.
Mientras nos dejaba atrás, mi mujer —muy molesta— me preguntó qué se sentía aquel histérico para mentarnos la madre. Yo traté de ser lo más objetivo posible y le respondí que a lo mejor porque sí casi provocamos que se estampara contra el muro de piedra, y que tampoco es que nos la hubiera mentado, sino que nada más nos chingadamadreó. Y ahí empezó la película “Esposas vs Esposos”.
No me gustan los spoilers, pero les cuento las conclusiones: 1. Nos reconciliamos; 2. El tipo pudo evadirnos y no echar bronca; 3. Los ciclistas tienen la preferencia —sobre todo en circuitos rápidos— y los corredores debemos pegarnos a la derecha; 4. Ciudad Universitaria es una romería los domingos; 5. La CDMX debería ver mucho más por los corredores; y 6. Se viene la época decembrina: Give Peace a Chance.
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