Siendo presidente, Bill Clinton solía recomendar a sus colegas recién electos.

—Piensa cuál va a ser tu legado.

La construcción del legado es la parte central de una administración. El colofón de una carrera. La ejecución diaria de una administración no es producto de la improvisación —aunque la haya por excepción— sino de un cuidadoso diseño estratégico.

La presidenta Claudia Sheinbaum tendrá tres meses para definir su legado. Es un tiempo corto que le demandará, por lo mismo, un ejercicio de planeación y ejecución extraordinario.

Los desafíos que enfrentará no serán menores, ni antes ni durante su gobierno.

Antes: si el INE y el TEPJF deciden regalarle 20 puntos de sobrerrepresentación al oficialismo y, además, achicar la presencia del voto opositor, diluyendo a las minorías, el ánimo político se exacerbará. La política del encono no es aconsejable.

El oficialismo tiene listos los dictámenes que desaparecerán a los organismos autónomos (incluido el INE, el INAI y la CNDH). Luego vendrán los dictámenes para desaparecer al actual poder judicial.

Lejos de moderarse, el régimen va por todo, con todo. Se deberían leer con atención los acontecimientos de Venezuela para entender las graves consecuencias de no tener moderación.

Si se da la sobrerrepresentación y las reformas, vendrán turbulencias financieras: seguramente bursátiles y quizá del tipo de cambio. Nadie quiere invertir en un país con leyes a modo y jueces sin formación, carrera ni independencia.

En agosto y septiembre conlcuirán los nombramientos del nuevo gabinete y una reestructuración del mismo. Una designación será crucial: la del director de PEMEX. Veremos porqué.

Octubre, el inicio del nuevo gobierno, estará marcado por este ambiente de crispación. Si se analiza con cuidado el último trimestre, se verá que en los mejores intereses de la nueva presidenta está evitar este encono.

Como nunca desde la llegada de José López Portillo, la atención de la nación estará en el discurso inaugural el primero de Octubre. Ahí se verá quien es responsable de la tormenta y quien del timón. Calibraremos lo que la presidenta diga, lo que no diga y lo que no quiera decir.

A los pocos días, se deberá liquidar un adeudo de PEMEX de alrededor de 7 mil millones de dólares, de un total de 110 mil. No es una deuda: es una bomba de tiempo. Por eso nombrar a personajes solventes es crucial.

En noviembre vendrá la elección de Estados Unidos. Si gana Trump, ya anticipó que daría al nuevo gobierno un ultimátum para atacar a los cárteles o, en su defecto, EU recurrirá a sus fuerzas armadas. Los demócratas, menos estridentes, detuvieron al capo más legendario y exhibieron al gobierno mexicano. La delicada situación interna en el tema de seguridad debería verse desde esta perspectiva y desde el asesinato de Milton Morales.

Y llegará diciembre, en donde se aprobará un presupuesto del que se quiere obtener 300 mil millones de pesos bajo una fórmula que parece imposible: sin subir impuestos, adquirir deuda ni mantener el déficit.

El legado del nuevo gobierno se define en sus 3 primeros meses.

Ganar la credibilidad y la confianza pública será crucial.

La situación es tan compleja que, en esos 100 días, quizá no sólo defina el legado de la administración Sheinbaum, sino el futuro del país.

@fvazquezrig

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