La región carbonífera está sumida en una crisis dentro de la crisis, produciendo miseria y hambre.
Aunado a la crisis de Altos Hornos en Monclova, la región centro de Coahuila está en una aguda depresión.
Después de un largo declinar a partir del cierre de plantas y la tragedia de Pasta de Conchos y por la errática operación de CFE en la zona y la quiebra real de AHMSA, la región está al borde del colapso y sus habitantes sumidos en la desesperación, desempleo y miseria.
El manejo de esta crisis es un ejemplo del desorden e ineficacia en que opera el gobierno federal, estatal y las paraestatales. Ninguno acierta a coordinar a los actores involucrados en la solución del drama, sumidos en el burocratismo y el activismo desidioso para evadir responsabilidad.
La burocracia federal se ha concentrado en satisfacer a los activistas (muy pocos y pagados por intereses especiales) que medran con la tragedia de Pasta de Conchos, como si rescatar cenizas a costo millonario ayudara en algo a reducir el hambre y el desempleo que sufren los vivos.
La secretaria del Trabajo visitando la región, sin atender a los desempleados, preocupada por el “rescate” de cenizas inidentificables, y dispuesta a gastar millones que son requeridos para producir empleos, infraestructura, reconversión industrial, agua potable, que serían de verdadero beneficio para los carboneros vivos y sus familias.
El senador Napoleón Gómez Urrutia intensificando la división entre los deudos y cobrando la revancha a Minera México y a Alonso Ancira, presidente de AHMSA, pero sin mover un dedo para que se reactiven las compras de CFE o para apoyar a los pequeños mineros.
La burocracia de CFE insensible a las necesidades sociales de la zona que le provee y sin urgencia para resolver su estrategia de proveeduría.
El gobierno del estado de Coahuila, tratando de mantener un inoperante organismo creado para formalizar la actividad, que dejó de ser promotor y se convirtió en freno por su opaco y politizado manejo.
La subsecretaría de Minas a falta de autoridad y fuerza, evitando involucrarse decisivamente en este enredo de poderes e intereses, sin acertar a coordinarlos debido a la baja prioridad política que tiene esta crisis.
En esta ausencia de liderazgo la minería de carbón es un desastre humano, ecológico y social que ha socavado la iniciativa de la población, sumiéndola en la desesperanza.
Esto es una muestra trágica de cómo los gobiernos destruyen y corrompen a pesar del esfuerzo ciudadano.
Será tan difícil que se reúnan para decidir, el gobernador de Coahuila, el director de CFE, los de Minas, la Secretaria del Trabajo y el Secretario de Hacienda y resuelvan esto?
Esa región, de gente esforzada y valiente, ha aportado mucho al país desde hace más de 130 años. Merece ser atendida y apoyada para transformarse.
Si este gobierno federal está comprometido a atender primero a los pobres, deberá atender ya a la Carbonífera.
Empresario, fundador de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes (ANEI) y fue Secretario de Economía y Trabajo de Nuevo León en el período 2015-2018