El sistema decimal tiene magia y misterio; a las cifras que terminan en cero se les da un valor distinto, pues tienen un peso anímico diferente a las que terminan en otro número. Lo mismo pasa con las fechas que, por tradición cívica, religiosa o social, se les atribuye una importancia particular.
No es lo mismo cumplir 28 años que 30, o 47 que 50, emocionalmente nos sentimos diferentes en esas ocasiones por su profundo carácter simbólico.
El día de Año Nuevo, en particular, se considera como la fecha con la que se pone punto final a una etapa de la vida y, al mismo tiempo, se da el banderazo de salida a otro periodo que debemos de afrontar.
La estructura de los calendarios varía por motivos de diversa naturaleza: religiosos, políticos o sociales; históricamente, no han sido lo mismo los calendarios ortodoxos, etíope, judío, gregoriano o lunar, por lo que no deja de sorprendernos, por ejemplo, que la Revolución de octubre se haya realizado en el mes de noviembre.
El día de hoy se inicia un nuevo año, 2025, a muchos de nosotros nos parece prácticamente imposible haber llegado hasta él. Sin embargo, aquí estamos, enfrentándolo con ánimo y esperanza.
La situación que nos rodea no es nada halagüeña; la inseguridad social, la deuda nacional, el desmantelamiento de las instituciones políticas, las reformas aceleradas y poco meditadas de normas jurídicas, las declaraciones de los políticos que nos sorprenden cada vez más, no sólo por la forma que ha perdido todo el comportamiento que se espera de una relación civilizada, sino por el contenido que está cada vez más orientado a enfrentar a los diversos grupos, etnias y sectores de la sociedad mexicana en general.
A pesar de todo, es nuestra obligación, una que asumimos con gusto, desearnos lo mejor para los próximos 12 meses. Que nuestro desasosiego se convierta en esperanza, que nuestros problemas sociales vayan cicatrizando, que la estructura política y jurídica se fortalezca y que, especialmente, todos podamos vivir más tranquilos, seamos más felices y podamos sentirnos más orgullosos de ser mexicanos.