La II República española se proclama el 14 de abril de 1931 y recibe un país desecho por culpa de una monarquía arcaica y hermética. El 50% de los españoles eran analfabetos, no existían sindicatos, organizaciones civiles ni partidos políticos; aparte del gobierno y la aristocracia, sólo funcionaban el ejército y la iglesia, mismos que, ocho años después, acabarían con ella.
Para la República, el principal interés fue la educación. A pesar del poco tiempo que duró el régimen, cambió la visión que tenía el pueblo español sobre cultura y educación; esta labor ingente se tradujo en misiones educativas y teatrales, sirva como ejemplo el conocido grupo “La Barraca”, formado por Federico García Lorca; en la construcción de centros escolares, sistemas de becas y ampliación de estudios. Durante la guerra, el interés por educar a los milicianos continuó a través de las misiones educativas en los diferentes frentes; al terminar el conflicto con la derrota de España y de la República, este intento se vio destruido de golpe por un régimen oscurantista y absurdo.
La inteligencia española fue silenciada, fusilada o salió al exilio. Muchos de sus integrantes vinieron a México y se incorporaron a centros de educación superior como la Casa de España, que posteriormente se convertiría en el Colegio de México, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, o bien, formaron en toda la república diversos centros educativos.
Dentro de este panorama destaca la creación del Ateneo Español de México que, en 1949, se configuró a imagen y semejanza del Ateneo de Madrid con la finalidad de ser un centro apolítico de un amplísimo espectro de discusión cultural, académica y social. 75 años después de su creación el Ateneo sigue funcionando, sus frutos siguen estando a la vista de todos, su existencia sigue siendo un orgullo para quienes descendemos de esa emigración.
Este año, la Unesco le ha otorgado al Ateneo, a su Biblioteca y a su Archivo la categoría de Registro de Memoria del Mundo, reconociendo en su fondo bibliográfico y documental, concentrado durante casi un siglo, la representación inigualable de una emigración que, contrario a lo que se podría pensar, no ha desaparecido, sino que se mantiene viva a través de sus obras y de su ejemplo.