La palabreja con la que se intitula este artículo es un neologismo con el que pretendo definir a los cuadros estadísticos que se utilizan en las redes sociales para apoyar una determinada causa, basándose en una supuesta ventaja de la opción con la que simpatiza el emisor de la imagen.
Podemos comenzar con incluir una definición básica de las dos palabras que lo integran: encuesta y meme.
Una encuesta es un método de investigación que consiste en un conjunto de preguntas estandarizadas dirigidas a una muestra representativa de individuos para recopilar información sobre sus opiniones, comportamientos o características. Las encuestas son herramientas valiosas en diversos campos como la sociología, el marketing, la política y la salud pública, ya que permiten obtener datos cuantitativos y cualitativos de una población de interés. Además, son útiles para medir la relación entre diferentes variables y para captar tendencias o patrones en la opinión pública.
El meme, por su parte, es un tipo de contenido que consta de varios elementos (por ejemplo, una imagen y un texto) relacionados en una misma unidad significante, para representar una idea, concepto, opinión o situación. Generalmente, su tono es humorístico, irónico o satírico, y se crean para transmitir un mensaje o una idea de manera rápida y efectiva. Los memes se han vuelto populares en internet y se difunden habitualmente por las redes sociales.
Antiguamente, las casas encuestadoras —que no abundaban en cantidad, pero sí en el cumplimiento de la metodología que se exige para obtener una estadística creíble— solían coincidir en los resultados generales y, salvo contadas excepciones, solo presentaban algunas variantes en los porcentajes de cada opción.
En la actualidad, aunque persisten dichas organizaciones, cada vez son menos y algunas han perdido confiabilidad, pues decidieron convertirse al modelo memencuestador o, de plano, han nacido con ese único objetivo. A diferencia de sus antecesoras, las casas memencuestadoras tienen por función el publicar memes basándose en gráficos, cuyo contenido se asemeja con el de las verdaderas casas demoscópicas, de forma que puedan ser utilizadas en redes sociales con la finalidad de marcar una tendencia estadística en favor de tal o cual candidatura. Se trata de una versión falsa, satírica y hasta chistosa de una encuesta cuyo objetivo es el de mostrar a los perceptores resultados deformados a conveniencia del cliente.
Aunque existen memencuestadoras patito, que solo son gráficos elaborados en computadora y carentes de la información que las oficializa, algunas otras de estas organizaciones están debidamente constituidas, registradas ante el INE y cumplen con las exigencias de la institución. ¿De qué forma, entonces, pueden alterar los resultados a su arbitrio? La respuesta es muy sencilla y consiste en desarrollar el muestreo en regiones que favorecen en forma arrolladora al cliente que alquila sus servicios. Si la encuestadora fue contratada por Morena para un estudio en la Ciudad de México, la empresa llevará a cabo su muestreo en alcaldías como Iztapalapa o Gustavo A. Madero; si, en cambio, es Acción Nacional el contratante, el estudio se llevará a cabo en Miguel Hidalgo o Benito Juárez.
Una forma en la que las encuestadoras pueden jugar con esta dicotomía es la de mantener por una parte una encuesta real y, por la otra, presentar una memencuesta. Un buen ejemplo es aquella casa muy famosa que sigue con el debido rigor demoscópico la popularidad del presidente López Obrador desde el día 1 y, por el otro, en connivencia con el periódico que la publica exhibe una memencuesta que es evidentemente fabricada para satisfacer al patrocinador.
Las memencuestas no son estudios reales, son simples imágenes simulando un análisis demoscópico, que se utilizan para apoyar a un candidato. Son una tentación para ganar dinero fácil y muy rápido.
Si lo que queremos es conocer la verdad, es importante leer siempre la letra chiquita de la imagen, investigar al emisor, revisar su historial de predicciones y su sitio web. En cuanto al medio que publica, vale la pena comparar los resultados de la encuesta con su línea editorial; si son coincidentes, es válido sospechar; si no lo son, es probable que la encuesta sea real.
Las memencuestas son un arma poderosa para propagar una falsa tendencia en redes sociales y otros canales de difusión, con la misión de hacer valer aquella famosa frase del famoso Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del Partido Nazi: «Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad».