Con la incógnita de saber si será el adiós definitivo de
como jugador del Barça , el Real Madrid llega al último suspiro de la temporada envuelto en aires de nostalgia. Lo que comenzó como rumor, día a día parece convertirse en verdad; la sensación es que Zinedine Zidane estaría dirigiendo el último partido de su segunda etapa. El desgaste natural, provocado por la presión que genera ese banquillo, el fin de ciclo de los jugadores con los que ganó absolutamente todo, la necesidad de un descanso y la ilusión de nuevos retos a futuro son indicadores muy claros.
Aferrados al ADN ganador que les caracteriza, con la obligación histórica por el título, pero sin la presión extra que genera el Bernabéu, con la afición más exigente —hoy agradecida por el esfuerzo sobrehumano que ha realizado su equipo en otra temporada atípica, para llevar la definición del campeonato hasta la fecha final— por primera vez terminar segundo sería más un motivo de admiración que de mediocridad. Enfrente, un Villarreal que necesita ganar para aspirar a jugar en Europa el próximo año, pero con una final en puerta el próximo miércoles que, de conquistarla, los llevaría a Champions . Happy problem el que tiene por delante Unai Emery : Apostarle todo al partido en Valdebebas o guardar sus armas para jugársela contra el Manchester United .
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Cholismo
en estado puro, partido a partido llegó hasta este momento en que justamente el último encuentro les dará el reconocimiento a una extraordinaria temporada o les reprochará haber perdido una ventaja que llegó a ser de hasta 12 puntos sobre los eternos rivales. El Atlético de Madrid se la juega a todo o nada; una victoria frente a un Valladolid prácticamente descendido le daría a Simeone su segunda Liga en los últimos 10 años y la número 11 para los Colchoneros en su historia.
Cibeles
y Neptuno esperan; este año, la fiesta será diferente, distanciamiento social necesario, mascarilla obligatoria y la atenta invitación a festejarlo desde casa. Es el futbol todavía en tiempos de pandemia. Aforo limitado, vallas en las fuentes, drones de vigilancia y 130 agentes de la Policía Municipal para evitar aglomeraciones, porque la salud pública es lo primero, como bien ha repetido tantas veces Jorge Valdano : “El futbol es lo más importante de lo menos importante”. ¿El último baile de Lionel Messi ?, ¿ The Last Dance de Zinedine Zidane ? Lo único cierto es que La Liga se queda en Madrid , ya sea en la Ribera del Manzanares o en el barrio de Chamartín .
@FerCevallosF