Apoyo total, respaldo absoluto, prioridad a la Selección Olímpica en un verano cargado de futbol. Un discurso repetitivo en cada comparecencia de Yon de Luisa. Irónicamente, fue un equipo mexicano el que cedió a su mejor futbolista en la historia y al recién contratado como el fichaje mejor pagado en la Liga MX , para que fueran los dos refuerzos de una selección francesa que no existió.
Al no ser torneo FIFA , los equipos pierden la obligación de prestar a sus jugadores. Hicieron valer su derecho y poco les importó, incluso que la selección de su país trascienda. Fueron los propios clubes de la Ligue 1 los que comandaron esta negativa, anteponiendo sus intereses sobre un reconocimiento internacional.
Eduardo Camavinga
, Gautier Larsonneur, Malang Sarr, William Saliba, Benoit Badiashile, Maxence Caqueret , Jonathan Ikoné y Amine Gouiri se quedaron en casa, obligando al técnico Sylvain Ripoli a cambiar su lista y tener que alinear un 11 completamente distinto al que tenía en mente.
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En México, la historia fue distinta.
Ahorrándose el desgaste que conlleva la negociación generalmente inútil y vana con los clubes europeos, Gerardo Torrado se concentró en convencer al Betis para tener a Diego Lainez como el gran refuerzo que está siendo, sin necesidad de romper la regla del límite de edad.
Los mayores vinieron del futbol doméstico, con Guillermo Ochoa como líder, Luis Romo como el plurifuncional que todo técnico quiere tener y Henry Martín como solución a la escasez de centros delanteros nacionales. Uriel Antuna y Alexis Vega demostrando en Selección Mexicana que pueden ser el futuro por el que Chivas apostó tanto; César Montes y Charly Rodríguez como los niños a los que ya el Tata les ha dado la confianza de gente grande, Esquivel como el volante al que siguen los visores de Europa, Jorge Sánchez como el ida y vuelta que siempre necesitas, Erick Aguirre como el todo terreno que siempre coopera , y Eduardo Aguirre como el jugador que tiene en el gol su más grande virtud. Comandados por un técnico que dejó el caché de la Primera División y volvió a las bases.
Hace más de dos años que Jimmy Lozano presentó su proyecto ; gustó tanto que la medalla dejó de ser un anhelo plasmado en el recuerdo de Londres 2012 , para convertirse en un pálpito basado en el trabajo, la disposición, la consolidación, una idea estructurada, y con el respaldo necesario para su ejecución. Oro, “el día que todo cambió”; un segundo “oro” sería “el día que todo se consolidó”.