Ante el frenesí mediático, debido a la experiencia global de las epidemias que se convierten en pandemias y lo ocurrido con el síndrome respiratorio agudo proveniente de China SARS (2002-2003), es necesario proceder con cautela frente a la amenaza de este nuevo coronavirus.
Las lecciones y la retrospectiva ante fenómenos de alta complejidad médica dan pie a teorías de la conspiración, por un lado se exagera el evento y por otro lado se oculta información. Recientemente las autoridades de salud en forma adecuada han proporcionado información para entender lo nacional, regional, lo internacional y la eventual globalización del virus. El comercio y el tránsito a través de las fronteras, no garantizan la ausencia de enfermedades, el sector en ello está trabajando, las infecciones virales como influenza o SARS son de rápida propagación, por el contrario el VIH/SIDA o tuberculosis son lentos.
En el caso de la tuberculosis hay una extensa penumbra de muerte, insensible a la opinión en general. Hay personas que consideran la tuberculosis erradicada en México, aunque en esta semana que terminó miles de personas fallecieron por tuberculosis en el mundo. Con el silencio de los medios, México aporto su tributo a la mortalidad.
La tuberculosis constituye la primera causa de muerte por padecimientos infecciosos a nivel mundial, en 2010 fallecieron 1.5 millones de personas, 250 mil con VIH. Se estima que 484 mil nuevos casos resisten a la Rifampicina, fármaco de primera elección en el tratamiento en México. Alrededor de 22 mil nuevos casos se registraron en Cd. Juárez, Veracruz, Tapachula, entre otras ciudades, y la incidencia general en Baja California es de 58/ 100 000 habitantes aproximadamente.
La tuberculosis es una emergencia sanitaria a nivel mundial, su asociación con la desnutrición, las adicciones, diabetes mellitus y sida es un hecho, de ahí que la rendición de cuentas por los gobiernos estatales implica el diagnóstico precoz. El tratamiento de todas las personas tuberculosas debe incluir la fármaco resistencia y el ineludible control sanitario del ganado vacuno.
El compromiso político es inaplazable, el costo es deber del Estado, es una patología de la pobreza.
Es primordial el compromiso del consejo de salubridad general encabezada por el Presidente de la República y el control de la Secretaría de Salud. Decretar una nueva campaña nacional de lucha contra la tuberculosis, estaría en concordancia con el programa sectorial de salud 2019-2024.
Pandemia es debate, el derecho a la salud es un recordatorio, el derecho en sí mismo es una obligación del Estado, su implementa con matices de profundidad y los tiempos están en juego.