Félix Fernández

Limpiaparabrisas de la portería

La necesidad, y hasta la desesperación, despiertan creatividad para llevar un poco de dinero al bolsillo en países con altos índices de pobreza, y es ahí donde surgen las preguntas: ¿Es válido?, ¿es legal?, ¿está justificado?, ¿es justo?

Nahuel Guzmán mago y mimo
11/08/2023 |08:47

Cientos de miles, , buscan día con día el sustento y la manera de sobrevivir en las calles. Un gran porcentaje, en el comercio ambulante; otros tantos, con algún tipo de actividad que justifique pedir dinero, para no caer en el grupo restante, el que directamente tiene la necesidad de pedir dinero.

Dentro de todos, existe un muy numeroso grupo que despierta polémica en los semáforos: los limpiaparabrisas. ¿Un servicio de limpieza o un ataque sin autorización?

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La necesidad, y hasta la desesperación, despiertan creatividad para llevar un poco de dinero al bolsillo en países con altos índices de pobreza, y es ahí donde surgen las preguntas: ¿Es válido?, ¿es legal?, ¿está justificado?, ¿es justo?

De igual manera, los porteros han estado en desventaja ante los tiradores en un penalti desde 1891, año en que se cobró la primera pena máxima, y posteriormente a partir de 1951, cuando inició el desempate mediante la serie de penaltis. Desde entonces, existieron distintas teorías para atajar más, que iban desde el lugar que más le acomoda a un tirador zurdo o derecho, hasta el momento del partido, la presión, la distancia hacia el balón y el estudio de disparos.

Sin embargo, a lo largo de las décadas, los porteros fueron atajando más penaltis, pero en el afán de contar con más goles, la regla 14 ha sufrido modificaciones que limitan a los arqueros, quienes continuamente —a su vez— se desenvuelven al borde de la legalidad.

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Dos porteros argentinos resaltaron en los últimos años por su enorme eficiencia en esos momentos en que la presión se encuentra, toda, del lado del tirador: Nahuel Guzmán y Emiliano Dibu Martínez.

Martínez ganó los dos títulos más importantes para la selección argentina mediante series de penaltis en las que sacó por completo de concentración a sus tiradores, mientras que Nahuel ha sido capaz de ganar cuatro series determinantes bajo la portería de Tigres, con múltiples trucos.

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Hasta que, en 2023, el International Board de la FIFA no pudo más y estableció la coloquialmente llamada “Ley anti Dibu”: “El guardameta no debe comportarse de manera que distraiga al lanzador de penalti... Por ejemplo, retrasando la ejecución del tiro, tocando los postes, el travesaño o la red”. La semana pasada, el propio arquero del Aston Villa se burló de la Ley a su nombre: “Siempre buscan excusas para que el que patea, meta gol. Me da igual, ya somos campeones de todo, lo hicieron muy tarde, ya atajé lo que tenía que atajar”.

Tanto el Dibu como Nahuel son esos porteros que limpian parabrisas ante la enorme adversidad, para reducir un poco la enorme desigualdad que permanece en su oficio. A veces, piden permiso para limpiar, pero a veces también atacan, tiran el jabón a la distancia, pasan la esponja y hacen lo que —consideran— deben hacer, aunque el conductor se moleste, active los limpiadores y les regañe. A final de cuentas (lo saben), habrá monedas para alimentar a los suyos.

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