Aristóteles definió el tiempo como “el número del movimiento según el antes y el después”. A partir de esta frase, podemos concluir que —en un partido de futbol— los equipos derrochan el desgaste físico de acuerdo con sus necesidades inmediatas de resultado. A menor disponibilidad de tiempo, mayor movimiento.
Y es que hablar de tiempo es hablar de movimiento, de alteración durante un partido de futbol, de segunderos que se mueven a la velocidad contraria del deseo, no de acuerdo con la realidad que transcurre fuera de ese partido específico y esa urgencia. Un encantador misterio imposible de explicar.
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Por lo anterior, cada hondureño considera que el tiempo agregado por el árbitro salvadoreño Iván Barton, en el partido México vs Honduras, fue excesivo, mientras que los mexicanos opinamos que fue lo justo, de acuerdo con la cantidad de tiempo muerto que transcurrió cuando hubo un catracho caído y cuando la reanudación estuvo en manos de Honduras.
“Hacer tiempo” es generar tiempo, producirlo, no restarlo. Quien hace tiempo, se arriesga a quedarse con él y no desprenderse de lo acumulado en el resto del partido... Tal cual lo dicen esas dos palabras. En ocasiones, un equipo piensa que puede engañar al tiempo, pero cuando el tiempo mismo se da cuenta, pasa a ser un arma que aniquila. Un gol invierte los papeles y no perdona a quienes pretendieron ‘ganarle tiempo al tiempo’. Aquellos que fingieron lesiones, los que retrasaron la reanudación del juego, los que impedían la fluidez, de pronto, al recibir la anotación que tanto defendieron, cambian la actitud, el reclamo e invierten los papeles. Todo un fenómeno que forma parte del espectáculo generado en los últimos minutos.
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El partido de vuelta entre México y Honduras, por los cuartos de final de la Nations League, ha resultado extremadamente polémico por el tiempo, por el bendito y maldito tiempo; enemigo y aliado, lento y veloz, justo e injusto... Pero, a final de cuentas, reglamentario y legal.
La regla 7, Duración del Partido, dice textualmente: “El cuarto árbitro indicará el tiempo MÍNIMO que deberá añadirse... Además [el árbitro central], podrá aumentar el tiempo añadido, pero no reducirlo”. Al momento de escribir esta columna, la prensa hondureña continúa con ataques hacia el árbitro del encuentro y el supuesto favoritismo que existe hacia la Selección Mexicana, en una clara incitación al odio. Al momento de escribir esto, tristemente no veo que los hondureños contemplen la otra oportunidad que tienen para ir a Copa América, en enfrentamiento contra Costa Rica.
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La famosa frase de “el último minuto también tiene 60 segundos”, surgió —espontáneamente— luego de que en la Copa del Mundo Suecia 1958, Jaime Belmonte anotó el gol del empate contra Gales, justamente en el último minuto, y de esa manera México logró su primer punto en la historia de los Mundiales. Es un buen momento para revivirlo y transmitirlo a los fanáticos hondureños.
Por todo lo anterior, si como escribió Aristóteles, “el tiempo es el número del movimiento según el antes y el después”, podríamos decir que el tiempo garantiza transiciones múltiples, pero también certezas mínimas en un partido de futbol.
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