Injusto y mala suerte, se mencionó desde los medios de comunicación y desde el cuerpo técnico... “Pudimos liquidar el partido con una pelota que pega en el palo, manejamos el juego... nos metieron una transición que no supimos cortar a tiempo... pero en líneas generales fuimos superiores”, declaró al término del partido el director técnico Diego Cocca.
Ni mala suerte por el disparo de Charly Rodríguez al travesaño, ni tampoco injusto el marcador por ser incapaz México de anotar el segundo gol, tras malograr al menos cuatro oportunidades en la segunda parte.
Rivalidad o Clásico.
Después de aquel 3-0 (no oficial) en 2019, México no ha logrado vencer a Estados Unidos, Selección que no acudió a la Copa del Mundo 2018. Pero tras ese golpe brutal, US Soccer decidió hacer una reestructuración real, verdadera y en coordinación con la Liga (MLS). Poco tiempo después los resultados han sido palpables: han superado a México en la Copa del Mundo Qatar 2022 (única Selección de Concacaf que clasificó a octavos de final), en eliminatorias y, lo más doloroso, en dos finales de Confederación: Nations League y Copa Oro.
En esta enorme rivalidad y en este Clásico de la región, México llega a la semifinal de Nations League contra Estados Unidos en tan sólo un par de meses con enorme presión y con desventaja futbolística. Razón de más para pensar (muy) seriamente lo que darán a conocer los dueños en su junta de mayo próximo.
Rivalidad y Clásico... Injusto y mala suerte... Incómodo e innecesario. Lo cierto es que hoy, como nunca antes, México debe recuperar la enorme distancia que se ha marcado, en solo cuatro años, con su vecino del norte, que sin duda alguna supo reestructurar adecuadamente su futbol tras el fracaso de Rusia.
El problema es que en junio ambos podrán contar con sus mejores futbolistas, y también en ese casillero Estados Unidos tiene mayores recursos.