No se entiende, simplemente no se entiende este nuevo escándalo en que se han involucrado Alexis Vega y unos cuantos compañeros más de Chivas. ¿Como no sentirse afectado y decepcionado? Luego de que hace dos meses publiqué una columna acerca del cuidado de la profesión, a partir de las declaraciones de Vega, tras regresar de una nueva y prolongada lesión. Su recuento acerca de los errores, inmadurez, indisciplinas y escaso compromiso con sus compañeros y equipo, sonaba tan sincero que resultó imposible no involucrarse en sus declaraciones.
Y es que cualquier otro futbolista de la Liga MX podría fallar en una indisciplina, pero Alexis no. Porque su reincidencia es la reincidencia de sus colegas, pero también de sus antecesores. Los vicios de las generaciones de futbolistas anteriores, son la fama de las actuales. Pero los errores de los futbolistas contemporáneos también son el arrastre de quienes antes fallaron.
El futbolista es —en esencia— un personaje atractivo, pero si su equipo es Chivas o América, se convierte en una celebridad, lo que no solamente se traduce en más fotos y notas en redes sociales, sino también en un compromiso hacia la sociedad. El problema, muchas veces, es que esto último no queda claro ni se considera de importancia para el jugador. A lo largo de cada generación, han existido casos de futbolistas atraídos por el alcohol, la noche, las mujeres y las apuestas.
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Y es que, normalmente, a un futbolista no se le explica el significado de ser profesional, esa enorme diferencia entre “jugar futbol” y “hacer futbol”, entre ser visto y pagar por ser visto, entre el futbol como pasión en la vida y el futbol como forma de vida... Entre seguir un ejemplo y convertirse en el ejemplo... Entre ser anónimo, ser conocido y famoso en un país que tiene al futbol como principal actividad de esparcimiento, entretenimiento y espectáculo. ¿Nada fácil, verdad?
Alexis Vega fue abucheado al ingresar de cambio recientemente. Sus compañeros, director técnico y director deportivo le apoyaron públicamente. Varios consideramos que los silbidos se trataban de una injusticia, por su aportación en la Liguilla pasada y el torneo previo a la Copa del Mundo. Lo cierto es que esos miles que le manifestaron molestia, por considerar que su rendimiento no ha estado a la altura de la etiqueta que porta como máxima figura del equipo, externaban un reclamo más apegado a la realidad que nosotros, quienes nos autodenominamos “gente de futbol”.
Chivas tiene antecedentes de mano dura con las indisciplinas. En 2020, rescindió los contratos de Dieter Villalpando, Alexis Peña, Chofis López y Gallito Vázquez, por motivos similares a los que hoy tienen separados a Vega, Chicote Calderón y el joven Raúl Martínez. Tres de los cuatro primeros han logrado destacar con sus actuales equipos, aunque les llevó tiempo. No se saben las sanciones de los demás, pero es un hecho que los últimos acontecimientos en la carrera de Alexis, más allá de las multas, rescisiones y sanciones, le cobrarán caro, muy caro. No se entiende, aunque vale la pena leer a mi amigo Rafael Ramos, cuando escribe acerca del futbolista: “Es un ente bendecido y condenado. Con la misma boca que besa el cielo, es capaz de besar las suelas y los suelos del infierno”.