Cuidar la profesión... Hablemos del cuidado de la profesión. Cada vez más frágil, más corta, cada vez más exigente y cada vez con menos descanso.

¿El problema es la fragilidad del cuerpo o el saturado calendario que permite jugar y viajar, jugar y comer... Jugar y recuperarse? El futbolista se limita a esa vida, con el riesgo de caer lesionado en el siguiente esfuerzo.

La disyuntiva parece reducirse a llevar el cuerpo al máximo para cobrar grandes sumas de dinero, o generar mucho menos para el club, a cambio de bajar los ingresos económicos y, de paso, alargar la vida útil de nuestro organismo.

Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre, dice el refrán mexicano.

No queremos ver futbolistas caídos cada semana, con expresiones dramáticas que reflejan tragedias al sentir sus cuerpos debilitados, como si fueran contagiados de algún virus letal que —de antemano— les impedirá desempeñar su profesión por largo rato.

Cuidar la profesión es mucho más que dar espectáculo y resultados. Cuidar la profesión es tener calidad de vida hoy en la salud, mañana en el achaque y pasado mañana en el irremediable padecimiento entrada la tercera edad.

Hace unos días, platicaba con Juan Carlos Osorio, quien ha gozado del respaldo de su directiva en Tijuana, para hacer de sus futbolistas profesionales, atléticos e integrales. Es decir: Sí el entrenamiento, sí la alimentación, sí el descanso... Pero también el colchón, la almohada y el horario extendido en las instalaciones donde entrenan. Para algunos jugadores mexicanos, embajadores de su país en otras latitudes, algo ya muy conocido; para otros, apenas el descubrimiento de lo que significa ser futbolista de tiempo completo.

Las manifestaciones acerca de la saturación del calendario y del cuerpo se han hecho muy evidentes durante el presente año. A manera de “Ley de Murphy”, algunas voces cantantes que protestaron, como la de Rodri (jugador del Manchester City), han caído lesionados casi de inmediato, así como muchos otros que engrosan la lista, cada semana, en las Ligas más exigentes del mundo.

La avanzada medicina, de la mano de los muy eficientes terapistas, junto con los métodos y equipos de recuperación, contrastan con los prolongados periodos de ausencia en las canchas, que antes parecían ser más reducidos.

¿Acaso no es un motivo para detener la maquinaria y querer bajarse de la montaña rusa donde hoy circulan?, ¿acaso no es un aviso del cuerpo?, ¿acaso no es una evidente notificación de que la vejez no será tan saludable?

Aunque sean 20 años, en el mejor de los casos, la profesión de futbolista resulta corta y uno ve con tristeza, como en ninguna actividad fuera del deporte, que la tercera edad del jugador llega pasaditos los 30 años y que se convierten en “uno más” dentro de la sociedad, llegaditos los 40 años, a lo sumo... Y esta etapa, sin importar el tiempo dentro del futbol, se encuentra a la vuelta de la esquina.

Cuiden la profesión, cuiden al futbolista, al profesional y al individuo, que —si bien— cobra mucho, genera mucho para esta enorme industria del futbol que tanto apasiona, pero que tanto exige.

Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.

@felixatlante12 @felixunivision12

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