Se cumplen 30 años de la Copa del Mundo . Usted, que tiene más de 40, ¿recuerda más el festejo de Bebeto, el penalti fallado por Baggio, la persecución de O. J. Simpson en Los Ángeles durante la inauguración, los cinco goles de Salenko contra Camerún o el mítico gol del árabe Al Owairan contra Bélgica?

Y es que el de 1994 representó el regreso de México a los Mundiales, un parteaguas, luego de que una muy buena generación —encabezada por Hugo Sánchez en su mejor momento— fue impedida, por una suspensión (cachirules), de participar en Italia 1990.

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Fueron los años en los que, señalados por tramposos, fuimos recuperando lo perdido, de la mano de Menotti primero, y con Miguel Mejía Barón después. Entre la eliminatoria en dos largas fases, la primera Copa América y la exploración de distintas sedes en Estados Unidos, para jugar amistosos con récords de asistencia en cada plaza, el Tri generó una nueva ilusión, pero distinta. Por primera vez, se palpaba la posibilidad de competir contra las grandes potencias, en una Copa del Mundo plagada de mexicanos en cada rincón.

Estados Unidos 1994 fue el Mundial que dividió el antes y el después en varios aspectos: Sin la necesidad de construir estadios, las nueve sedes presentaron llenos en cada partido. Por primera vez, se podía leer el nombre de cada jugador en camisetas con telas de una nueva tecnología, que secaban mucho más rápido y brillaban mucho más, bajo el sol veraniego.

A partir de ese año, cada victoria sumaba tres puntos y no dos, lo que —se pensaba— cambiaría la manera de encarar cada partido, con mayor intención ofensiva. A partir de 1992, cambió la regla 12 y el portero no podía ya recibir con las manos un pase lanzado con el pie de un compañero. Incluso, la regla 11 del fuera de juego, también fue modificada: Un jugador adelantado, que no interviene en la jugada, dejó de ser sancionado. Estas tres modificaciones se aprobaron a raíz del pobrísimo espectáculo que ofreció la Copa del Mundo en 1990.

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En un extraordinario libro publicado este año, titulado USA ‘94. El Mundial en la frontera, el periodista catalán Albert Valor Jiménez desmenuza cada detalle previo, durante y posterior a esta Copa del Mundo, que considera “la primera de la era moderna o la última del futbol antiguo”. Los cambios en las fronteras, tras la caída del Muro de Berlín, y la Ley Bosman, que llegaría poco tiempo después, con el libre flujo de jugadores entre países europeos, fueron aspectos que en mucho lo marcaron.

El libro de Valor ofrece crónicas de cada partido. No en lo táctico, ni se mete en alineaciones, sino que se enfoca en lo que giraba en torno a cada selección y protagonista de cada encuentro. Una delicia para quienes vivimos aquella época.

Se cumplen 30 años de la Copa del Mundo Estados Unidos 1994. La de nuestro verdugo Hristo Stoichkov, la de la portería sustituida en ese mismo partido contra Bulgaria, la de los uniformes de Jorge Campos, la del triple remate de Zague sobre la línea de Noruega, que nunca entró, la de las distintas versiones entre Hugo y Mejía Barón. Usted, que tiene más de 40 años... ¿De qué más se acuerda?

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