No son los míticos mujer invisible, antorcha humana, la mole o el hombre elástico los que generarán el crecimiento y resiliencia organizacional. Se trata de la velocidad operativa, destreza tecnológica, empleo del talento y liderazgo consciente. Son los cuatro fantásticos de las empresas sociales.

La velocidad representa un verdadero superpoder. Es la única forma de evitar rezagarse en un mundo de cambios rápidos. Así, los líderes de las organizaciones de rápido movimiento reportan una resiliencia operativa 2.1 veces mayor, rendimiento financiero 2.5 veces mayor, crecimiento 3.0 veces mayor y una innovación 4.8 veces mayor.

Lograr velocidad significa devolver el poder a las personas, permitirles tomar decisiones y eliminar los niveles de jerarquía entre la alta dirección y las primeras líneas. Las formas de hacerlo pueden incluir la formación de equipos más pequeños y multifuncionales que persigan sus propias ideas y obtengan un presupuesto para ello-

En cuanto al cambio tecnológico, se requiere un cambio organizativo. ¿Qué se necesita para integrar la IA y otras tecnologías avanzadas en la cultura corporativa? Construir una cultura de aprendizaje continuo. Las organizaciones deben ser lo suficientemente flexibles como para rediseñar los roles y ajustar la fuerza laboral a medida que avanzan las tecnologías para aprovecharlas al máximo.

Actualmente, las empresas que reportan los mayores rendimientos de la IA hasta la fecha tienen casi tres veces más probabilidades que otras de utilizar una variedad de programas de desarrollo de capacidades, como el aprendizaje experiencial, los cursos en línea autodirigidos y los programas de certificación para desarrollar empleados técnicos.

Entre los cuatro fantásticos está el talento. Un enfoque en éste es la única manera de cerrar un enorme abismo de capacidad. Actualmente, sólo el cinco por ciento de los líderes empresariales encuestados aseguraron que tienen las capacidades que necesitan.

Ahora, gran parte de la literatura sobre talento tiende a centrarse en los empleados de primera línea y de alto potencial. Sin embargo, es de vital importancia no descuidar a los trabajadores de toda la organización, especialmente en los mandos intermedios, que frecuentemente son olvidados.

Mientras todo esto ocurre, se impone un liderazgo holístico que rompe los obsoletos paradigmas del trabajo. No es la inflexibilidad y “desconexión” del mundo lo que dota de fuerza a los mandos organizacionales, sino la capacidad de “conectar” con los demás. La expectativa de hoy es que los líderes se presenten en el trabajo no solo como profesionales, sino también como seres humanos.

Así, las jerarquías aisladas  que prevalecieron en el pasado desaparecen. Se impone coordinación y no control.

En suma, convertir velocidad, tecnología, talento y liderazgo en superpoderes competitivos, permitirán aumentar las oportunidades y resiliencia empresarial.

Experto en asociaciones civiles y otras figuras filantrópicas

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