Trump convirtió la raza en un elemento central de su política: la gente de color de China estaba debilitando Estados Unidos con sus artículos, tal como los no blancos mexicanos estaban debilitándola con su migración. Había que construir muros para protegerse tanto de los productos chinos como de los migrantes mexicanos. Solo entonces la capacidad productora y la integridad racial de Estados Unidos se restaurarían” (Gary Gerstle, 2023, Auge y caída del orden neoliberal. La historia del mundo en la era del libre mercado, Península, Barcelona, p. 362.

En el proceso electoral, en curso en los Estados Unidos, se mantiene una densa capa de incertidumbre sobre las apetencias del electorado, especialmente en los estados bisagra que son aquellos que se volverán decisivos el próximo 5 de noviembre. Por muchos años, a partir de las aportaciones de Thomas Hobbes (1588-1679) y John Locke (1632-1704) considerados los padres del liberalismo pese a sus notables diferencias, el famoso sermón <<Una ciudad sobre una colina>> pronunciado por el predicador puritano John Winthrop (1587-1649), ha sido invocado para apoyar la idea de excepcionalismo estadounidense, cuyos principios liberales eran un faro para el mundo (Helena Rosenblatt, 2020, La historia olvidada del liberalismo. Desde la antigua Roma hasta el siglo XXI, Crítica, México, p. 29).

Es el caso que, a los efectos de la puesta en ejercicio de una política industrial por el actual gobierno estadounidense y a los efectos, también, de la emergencia de una populismo radical del candidato republicano a la presidencia, los emblemas del liberalismo se van tornando borrosos y, en un caso, el de Trump, es posible descubrir algunos rasgos francamente iliberales.

Alrededor de la opacidad de sus planes de gobierno y de su notable desapego a la verdad, hay al menos tres características de D. Trump (este ser subnormal) que lo colocan fuera del llamado orden neoliberal, inaugurado por Ronald Reagan y profundizado por Bill Clinton, George W. Bush y Barak Obama. En buena medida esas características derivan de sus simpatías por el Tea Party y de una percepción de decadencia nacional, responsabilidad de las élites pluralistas y multiculturales.

La profunda desconfianza respecto al libre mercado y al supuesto mundo sin fronteras para la plena circulación de bienes, servicios y, en mucho menor medida, personas que prometía el orden neoliberal, se alimentaba del enorme déficit gemelo de la economía estadounidense y, sin mayores previsiones sobre una política industrial, la palabra que suena a música celestial en sus oídos es aranceles. En la renegociación del TLCAN, de la que resultaría el T-MEC, Trump sometió de distintas maneras a sus “socios” comerciales.

En primer lugar, impuso al déficit comercial de su economía como un asunto a resolver, también y principalmente, por Canadá y México, con dramáticas imposiciones en lo relativo a las reglas de origen, especialmente en el mercado de autopartes, donde crece el componente regional y, dentro de este, el de productos estadounidenses, no incorporados en la primera versión del instrumento. Siendo un tratado trilateral, impuso su sustitución por dos bilaterales, comenzando con el eslabón más débil, México, cuyos gobiernos (el de salida y el de entrada) aceptaron estas imposiciones, más la cancelación del capitulo XIX, el más, en realidad único, democrático por la participación equitativa de los jurisconsultos de las tres naciones (ese capítulo logró sobrevivir por la resistencia de Canadá).

En un mensaje directo a China, el cuerpo del T-MEC incluye la extraña prohibición que los países signatarios se auto imponen de mantener relaciones comerciales con economías que no sean de mercado; el tema, impuesto por Trump, es verdaderamente irrelevante cuando, como bien nos lo recuerda Branco Milanóvic, hasta Corea del Norte participa del comercio capitalista.

La segunda característica iliberal del aspirante Trump es la del etnonacionalismo WASP (blanco, anglosajón y protestante), que no es otra cosa que un profundo racismo supremacista. Comparte la creencia consistente en que los mejores pueblos de América son los descendientes de los europeos. En este terreno, conspiró con su padre, al comienzo de los años setenta del siglo XX, para denegar a los negros la oportunidad de alquilar apartamentos en un proyecto de vivienda de la empresa Trump en Queens.

En el reciente debate con Kamala Harris apenas se mencionó el caso de los cinco de Central Park, en 1989, cuando una mujer blanca fue asaltada, violada y asesinada al haber salido a hacer footing. Trump condenó, por todos los medios a su alcance, a los supuestos perpetradores del ataque, cinco adolescentes negros y latinos, exigiendo la reinstauración de la pena de muerte en Nueva York para que fueran ejecutados. Después de algunos años en prisión, con base en unas pruebas totalmente inconsistentes, los veredictos fueron revocados, sin que Trump se disculpara por la difusión, llena de falsedades, que dio al acontecimiento.

Algo similar sucedió con la investigación que montó para “demostrar” que Barak Obama no había nacido en los Estados Unidos, cuando lo que en realidad no toleraba era la vida de un afroamericano en la Casa Blanca. El infundio se derrumbó con la presentación del certificado de nacimiento del primer presidente negro de los Estados Unidos, nacido en Hawái (desde 1960, parte formal del país); ¿qué decir de su percepción de los migrantes mexicanos y de otros países del mal llamado Sur Global? “Cuando México envía a su gente, no envía a los mejores. No os envían a vosotros. Envían a personas con un montón de problemas y nos traspasan esos problemas a nosotros. Traen drogas. Traen delincuencia. Son violadores”. Durante el debate reciente, se permitió afirmar que esos y otros migrantes han incorporado a su dieta a las mascotas, perros y gatos, de los buenos blancos.

La tercera salvedad trumpiana del orden neoliberal está referida a su supuesto carácter anti elitista, en combate con la élite cosmopolita que auspicia el pluralismo multicultural. El sistema binario populista élite/pueblo bueno, se muestra a plenitud en una retórica que, por cierto, fue muy exitosa en el 2016. A la luz de los resultados de una política real que redujo impuestos a los ricos, que castigó a los sindicatos y que profundizó considerablemente la, de suyo profunda, desigualdad socioeconómica estadounidense y, también, a la luz del crecimiento exponencial de las muertes por desesperación, justo entre esos blancos desempleados, olvidados y creadores de la demanda de alcohol, opioides y armas (para los suicidios rápidos) que es la que verdaderamente dinamiza esos mercados, salvo que alguien crea en el viejo infundio conocido como Ley de Say (toda oferta genera su propia demanda, coloquialmente expuesta), la credibilidad de Trump vuela muy bajo y, además de deseada, su derrota electoral es altamente probable.

El juego arancelario con el que pretende impedir el ingreso de mercancías chinas a su territorio, no puede producir nada más que inflación; los aranceles los pagan los consumidores porque se vuelven parte del precio de lo importado y… los estadounidenses consumen muchos bienes importados. Si se les orienta a sustituir esas importaciones, la capacidad adquisitiva de los salarios no mejorará, entre otras razones, porque los salarios no mejoran.

El diferencial de ingresos y la falta de oportunidades domésticas de empleo son incentivos para la migración del Sur pobre al Norte opulento, que palidecerán frente a la búsqueda de refugio promovida por la catástrofe ambiental. La inhabitabilidad del planeta ya comenzó por la vida insular y parte de la costera y la cercanía de la trigésima COP no parece anunciar que el apoyo prometido, y postergado, a las naciones más vulnerables y menos responsables de las emisiones, viejas y actuales, se haga realidad.

Con cualquier cantidad de falencias, reales o inventadas, Kamala Harris es, para los estadounidenses, para los mexicanos y quién sabe para los chinos, la mejor opción. En realidad, la única.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS