“En nuestro país, el 1 % más rico se queda con el 27 % de los ingresos de México. En cambio, el 50 % más pobre solo se queda con el 8 %. No hay otro país latinoamericano con mayor desigualdad que el nuestro […] En México, el 1% de las personas con mayor riqueza concentra alrededor del 48 % de la riqueza total del país” (Viri Ríos y Ray Campos, 2024, Así no es. No creas todo lo que te dicen sobre meritocracia, clase media, clasismo, salarios e ingresos, Grijalbo, México, p. 168).

La diferencia entre ingreso (un flujo) y riqueza (un Stock -incorporado por la RAE a nuestra lengua-), es relevante para abordar el panorama completo de nuestro mayor problema moral como nación: la desigualdad que tiene una sólida base socioeconómica, pero se extiende a regiones, géneros, color de piel, preferencias sexuales, originando un buen número de brechas, anormalidades, en los términos de Viri Ríos que -en significativa proporción- normalizamos por la gran cantidad de mitos con los que opera nuestra desordenada sociedad.

Importantes autores, como Robert Reich, Ha-Joon Chang, James Galbraith, Thomas Piketty, Branko Milanovic, Joseph Stiglitz y un prolongado etcétera que siguen la profunda huella de Tony Atkinson, han realizado un consistente esfuerzo por combatir lo que muy bien podríamos definir como la mitología del pensamiento económico convencional y, por supuesto, merecen ser estudiados a profundidad en sus aportaciones sobre la desigualdad.

Desde la Riqueza de las Naciones, Adam Smith establece que la envidia de los pobres obliga al Estado a cuidar la propiedad de los amenazados ricos; más de dos siglos después, Robert Lucas denuncia como una peligrosa tentación el tema de la redistribución, cuando los problemas de la desigualdad social serán resueltos por el crecimiento económico. En su más reciente libro, Economics in America. An Immigrant Economist Explores the Land of Inequality, Angus Deaton muestra la indisposición que, en los años ochenta del siglo pasado, mostraban sus colegas estadounidenses por dirigir sus indagaciones hacia la justeza distributiva.

Ahora, en México, disponemos, además de los fundamentales trabajos de Gerardo Esquivel, las aportaciones de dos grandes economistas, Viri Ríos y Ray Campos quienes que, tras relevantes indagaciones individuales, No es normal, de la primera y Desigualdades, del segundo, hoy nos ofrecen una obra conjunta, Así no es, que combina una importante base científica con una redacción amena y amable, para abordar el tenebroso tema de nuestra nacionalización de mitos, justificadores de las distintas dimensiones de la desigualdad mexicana, para refutarlos con claridad.

Es un texto extraordinario que el próximo 7 de noviembre, a las 12:00 horas, será presentado en la Sala del Consejo Académico, en el Tercer Piso del Edificio A, de la ya cincuentenaria Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. Para quien suscribe, será una doble celebración: la que representa participar en la presentación de este maravilloso libro y, la más íntima, de celebrar el cincuentenario de mi Universidad habiendo tenido el honor de participar en su fundación.

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