Ahora que en América Latina las curvas del contagio del Covid-19 se van empinando, en la mayoría de los países hay preocupación —cuando no zozobra— por la incursión de la corrupción, las mafias y los cuerpos ilegales en los negocios de la respuesta a la pandemia. Desde las compras públicas de equipos de protección personal, medicamentos, pruebas, ventiladores, oxígeno, hasta los hospitales de emergencia: en muchos países se denuncian supuestos fraudes.

Conforme va pasando el tiempo, se encuentran evidencias que convierten algunos rumores en hechos, en un lado renuncian viceministros y en otros ministros son destituidos. Algunos casos han generado mucha incomodidad en los gobiernos, porque los rumores de corrupción han empezado a poner en duda la honestidad de acciones fundamentales, tales como la adquisición de hospitales temporales y ventiladores.

La pandemia generó nuevos equilibrios en los mercados internacionales, regionales y nacionales, especialmente en cuanto a los insumos necesarios en las distintas fases. Con un aumento exponencial de la demanda, en muchos casos hubo una respuesta lenta de la industria, cuya expansión encuentra límites en cadenas de suministros quebradas. En esta situación es lógico que los precios de mercado suban y que fuerzas especulativas se aprovechen de la situación.

¿Cómo hacemos entonces para saber si los precios de las compras públicas son justos, especulativos o fruto de un diseño criminal? La respuesta pragmática es: comparando esa compra con otras similares. ¿Estamos comprando a precios razonables o inflados? Esta es la pregunta fundamental y se puede contestar, al menos parcialmente, a través de la comparación continua de los precios de adquisición en varios países.

En apoyo a la adquisición de medicamentos que realizan los países de América Latina, UNOPS ha creado el Observatorio de Precios de Medicamentos, que registra las compras realizadas en 16 países y hace un análisis de razonabilidad del precio de cada oferta. El Observatorio informa sobre los precios a los que se han comprado los mismos productos hasta ahora y es un óptimo punto de partida para observar los procesos públicos.

Además compara los 125 medicamentos recomendados por la OMS para establecimientos donde se trata el Covid-19 en condiciones de terapia intensiva. En promedio los precios de compra de estos medicamentos se ha incrementado en un 21% desde la pandemia. Algunos medicamentos, como Tocilizumab, Hidroxicloroquina y Lopinavir + Ritonavirmuestran muestran incrementos del 25% al 40%. Por ejemplo, en Ecuador, el Observatorio confirma un sobreprecio del 83% en una compra reciente de Amoxicilina y Acido Clavulánico. Lo que desde luego no es una prueba de corrupción o negligencia, pero indica claramente que la compra no ha sido exitosa y que habrá que tomar medidas para que no se repita.

En muchos países hay desconcierto en torno a los precios justos de insumos para responder al Covid-19, tener a la vista los precios de compra en los países de América Latina, ayuda a los administradores públicos a tomar la decisión correcta. Por ello, desde el 1º de junio UNOPS da acceso al personal de entidades públicas a los datos del Observatorio de Precios de Medicamentos.

Para que la lucha contra la pandemia tenga éxito, es imprescindible que la respuesta de los países sea manejada bajo los principios de la Gestión Pública Justa y Equitativa, para que la ciudadanía obtenga el servicio público de mayor valor posible con relación al precio pagado. Ello es el imperativo ético de la Gestión Pública: que el valor generado para la ciudadanía sea mayor que su costo.



Director Regional de UNOPS para
LAC. Contribución a título personal,
no compromete a UNOPS y la ONU.
@ FaberFeliciani

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