En días pasados se han presentado hechos que permiten considerar esas tres palabras en el presente y también para el futuro.
Respecto de la primera, la tenemos en la triste conducta del gobernador del Estado de México quien observó un comportamiento que de estar presentes sus dignos ancestros se hubieran entristecido y avergonzado, por su forma de proceder y dirigirse al Presidente que ofende y agrede a los priistas cotidiana y casi obsesivamente.
Los ofendidos y avergonzados militantes de toda la vida en el PRI, a excepción de su bisabuelo porque todavía no existía ese Partido, son su padre, Alfredo del Mazo González gobernador de ese Estado y hasta presidenciable en la época de Miguel de la Madrid; su abuelo Alfredo del Mazo Vélez, gobernador como él y Secretario de Recursos Hidráulicos con López Mateos y también presidenciable; su bisabuelo Manuel Villasante, Presidente Municipal de Atlacomulco; y él mismo Alfredo del Mazo Maza, ha de estar avergonzado o probablemente arrepentido, por decir lo que dijo para proteger su futuro.
A propósito de las encuestas, podemos vincularlas tanto con traiciones como proyectarlas como lealtades. Como traición, el resultado de la multimillonaria que se realizó supuestamente para determinar quién será, en este caso, candidata de Morena el año próximo a la Presidencia del país.
La califico como una traición, no solo porque se haya realizado contraviniendo sobre todo los lineamientos económicos que debieron respetarse, sino también porque quien decidió esa candidatura, traicionó a quien ha llamado su amigo y que ha sido, por muchos años, él si, un leal compañero de lucha.
Después de que López Obrador, como en la época que tanto censura, decidió quien será la candidata de su Partido, ahora invita a su amigo traicionado Marcelo Ebrard, a que acepte el premio que le toca en el que pareciera una lotería, al que convocó, y en la que hay reintegros.
Sin embargo, esperemos que no acepte el ofrecimiento que se le hace, y que en cambio se decida a postular su candidatura por Movimiento Ciudadano.
El Frente Amplio por México, ha postulado a una candidata a la que califico de estupenda, y que tiene muchas posibilidades de ganar las elecciones el año próximo.
Ante este escenario, de que Ebrard y Xóchitl fueran candidatos presidenciales, se podría convenir desde el principio, que de acuerdo como marcharan las encuestas que en el futuro se practicaran, quien tuviera mayor intención del voto, se le uniera el otro candidato, y de esa manera estaría asegurado una victoria que no sería solo un triunfo para él que ganara, lo más importante un cambio en la política destructora que padece México desde el inicio de esta administración.
Triunfaría la razón contra las ocurrencias equivocadas y torpes, se acabarían las groserías que miramos, como bien dijo Xóchitl, que se materializan no en malas palabras, cuanto además de otras, en la falta de medicinas, el gasto en un ferrocarril que ha resultado más caro de lo planeado y que atenta contra la ecología, la supresión de guarderías, libros de texto tendenciosos y muchas otras verdaderas majaderías en contra la sociedad.
Esa encuesta, transparente y con resultados inobjetables entre la candidata y el candidato de oposición, sería un acto de lealtad a la Patria que esta ahora tan lastimada y adolorida.