Su gestión como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México fue una administración positiva, tenemos los capitalinos un buen recuerdo.

No así su actual gobierno hasta ahora, a mitad del camino, no puede ser juzgado de igual manera.

Escribo estas líneas con el respeto que usted en lo personal me merece, como un ser humano tesonero, trabajador y animado, no lo dudo, de buenas intenciones; con el respeto también que merece su elevada responsabilidad, pero asimismo las redacto como un paisano suyo que esta muy preocupado por el presente y futuro de nuestro país por la manera en la que está gobernando.

Me encantaría poder expresarle estas ideas en forma personal, platicarlas, escucharlo e intentar convencerlo. Pero en ausencia de ese escenario, y con optimismo pensar se pudiera realizar, ahora las escribo.

Le pido que sea serio, y me refiero a que actúe como Titular del Poder Ejecutivo Federal, que sus declaraciones diarias sean de acuerdo con esa elevada investidura que usted ha dicho se esmera en respetar, y que sea respetada, que no sean las declaraciones de un candidato en campaña, o líder de un partido político.

Entonces, por eso resulta inadecuado, por decir lo menos, que usted al hablar de las cualidades morales del Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia, expresara que no podía decir lo mismo de los demás Ministros, Magistrados y Jueces.

Fue una expresión grosera en contra de otro de los poderes del Estado, a los que se encuentra obligado a respetar.

Estoy seguro que en nuestra Universidad, contra la que también ha enderezado sus infundados y equivocados ataques mañaneros, le enseñaron que los poderes del Estado son independientes y autónomos entre sí, y no existe supremacía de ninguno de ellos.

Resulta difícil de entender, que si se atreve a decir lo que dijo, no inicie las acciones legales que deberían de emprenderse para sancionar a quienes considera acreedores de sus calificativos, porque para haberlo dicho, debe de contar con elementos que sustenten sus afirmaciones; llamarlos deshonestos y no proceder, es una grave irresponsabilidad.

Otra conducta suya digna de ser censurada, son las declaraciones en contra del Instituto Nacional Electoral. Vivimos en un país de leyes, en donde estas son las que deben de prevalecer, no los insultos o descalificaciones como lo hace Presidente. Eso déjeselo al Presidente de su Partido.

Plutarco Elías Calles, fundador del Partido al que usted primero perteneció, y que bajo esa militancia, como me ha comentado quien era su jefe inmediato, Ignacio Ovalle, trabajó con una auténtica emoción social, afirmó que México debería ser un país de instituciones.

Y dentro de esas instituciones hemos de ubicar a los organismos autónomos constitucionales, que como el INE, son contrapesos para el poder público, y que por su autonomía actúan con la libertad para señalar los cauces para garantizar se respete y cumpla nuestro Estado de Derecho.

Sus expresiones en contra de los Consejeros de ese Instituto, da vergüenza los haya dicho el Presidente de la República.

Por México, Señor Presidente, al que usted y yo amamos, sea serio.

Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM

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