La universidad de la Nación, como bien la ha llamado el rector Enrique Graue, está celebrando 94 años de haber alcanzado su autonomía.

Correspondió al presidente Emilio Portes Gil, el otorgamiento de esa calidad que le ha permitido alcanzar los logros que ha conquistado en bien del país.

Nadie puede negar que es la autonomía, como en alguna ocasión lo dijo el profesor emérito Sergio García Ramírez, es el oxígeno de la misma Universidad.

Esa autonomía es la que nos permite a los universitarios manejar nuestros asuntos académicos internos con independencia del poder público como de cualquier otra influencia que pretendiera intervenir en la vida universitaria.

Es precisamente esa autonomía la que nos da la libertad de señalar el contenido de nuestros programas de estudio, como el manejo de los recursos económicos y el nombramiento de nuestras autoridades.

Como Universidad, y en su nombre se encuentra precisamente su esencia en cuanto a que dentro de ella se presentan con libertad todas las corrientes ideológicas, como que se respeta cualquier postura política.

Hablando de la geometría política que en ocasiones pretende calificar a las ideas de derecha o de izquierda, afirmamos convencidos, como universitarios orgullosos de serlo, que esta Institución no se encuentra inclinada hacia ningún criterio ni postura política, sino solo encaminada, con la libertad y esencia de nuestra autonomía, a divulgar la cultura y preparar profesionistas con la emoción y compromiso de servir a México.

Fue el miércoles 31 de julio de 1929, cuando se instaló el primer Consejo de la Universidad Nacional Autónoma de México, lo presidió el rector interino Ignacio García Téllez y los participantes en esa sesión histórica, expresaron su reconocimiento al Presidente de la República que había otorgado la autonomía.

El Rector mencionó que ante la postura del gobierno federal, era un compromiso y una obligación de maestros y alumnos, corresponder con sentido de responsabilidad y patriotismo en las tareas que desempeñaran.

Hizo uso de la palabra, en nombre de los profesores, al doctor Ignacio Chávez, quien apoyó las ideas del Rector, como lo hizo de igual manera, por los alumnos, el estudiante de la Facultad de Derecho Alejandro Gómez Arias.

Se inició una nueva etapa en la vida de la más importante institución de cultura de nuestro país. Sus logros en beneficio de la sociedad son evidentes. Su presencia en la vida nacional, a través de sus docentes y egresados nos enorgullece.

Sus Facultades, Escuelas e Institutos, han sido fundamentales para entender el progreso de México. Institución cercana al pueblo, en la que conviven todos los sectores sociales y con lo que afirma también su esencia de universal.

Su lema escrito por Vasconcelos, plasma su contenido ideológico como los anhelos y esperanzas que le animan en todos sus actos. Al afirmar que por nuestra raza habla el espíritu, estamos afirmando que por encima de todas las opiniones adversas y equivocadas que pueda recibir, está el ideal superior del espíritu nacional que la alienta.

Ante la cercanía del nombramiento de un nuevo Rector, estamos seguros que la Junta de Gobierno, órgano universitario encargado de su designación, no escuchará otras voces que no sean las de los universitarios para hacer la mejor designación.

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