Es una práctica saludable de las democracias que los candidatos a puestos de elección popular debatan públicamente, y que en esas intervenciones expongan sus planes y programas para actuar de resultar favorecidos con la votación mayoritaria.

Su realización es reciente en nuestro país. El celebrado en el año 1994 fue el primero entre candidatos presidenciales. Participaron el Dr. Ernesto Zedillo, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas y el Lic. Diego Fernández de Cevallos.

En el año 2000 se realizaron otros dos debates, en el que estuvieron Vicente Fox, Francisco Labastida, Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Camacho, Porfirio Muñoz Ledo y Gilberto Rincón Gallardo. En el segundo debate de ese año, solo participaron Vicente Fox, Labastida y Cárdenas.

En el 2006, que fue la primera ocasión que fue candidato López Obrador, quien por cierto no asistió, estuvieron presentes en el debate Felipe Calderón, Roberto Madrazo, Patricia Mercado y Roberto Campa.

En la siguiente sucesión, quienes asistieron al debate fueron Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri.

En el más reciente debate presidencial, en el 2018, vimos a Margarita Zavala, José Antonio Mead, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya y Jaime Rodríguez.

He realizado este recorrido de treinta años en la realización de debates políticos, ante la proximidad de que pronto se verá el debate entre Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez. Es muy cierto que en la política lo más seguro es lo inesperado, pero estoy convencido que el candidato de Movimiento Ciudadano tiene pocas posibilidades de ganar, y que la victoria será para alguna de las dos mujeres.

Y ahora que he mencionado al Partido Movimiento Ciudadano, menciono al candidato de esa agrupación política al gobierno de la Ciudad de México, y a quien tampoco podemos reconocerle posibilidades de ganar la elección.

Las candidaturas a la presidencia de la República y al gobierno de la ciudad de Movimiento Ciudadano, me cuesta trabajo entender su postulación, al parecer son solamente posiciones tomadas para restarle votos a la oposición, no creo que a la candidata del gobierno. A mi juicio hubiera sido más útil para la vida democrática del país que ese partido se uniera a las postulaciones de la oposición, que estar jugando de manera independiente.

Y a propósito de debates, el que presenciamos el domingo pasado fue interesante, de ninguna manera critico el que los candidatos se hayan atacado. Los debates sirven para mostrar las debilidades de los adversarios, además de reseñar sus planes de gobierno.

Es cierto que muchas veces se hacen muchos ofrecimientos que pueden resultar muy atractivos y útiles, pero en los que no se explican la forma en la que estos podrán sustentarse económicamente.

Los debates son un ejercicio serio, por eso sentí muy poca afortunada la postura de Salomón Chertorivski al sacar una bolsa de palomitas, como si estuviera en el circo.

Los debates presidenciales nos permitirán conocer más a las candidatas y al candidato, no obstante que en el caso de Claudia, conocemos, porque así lo ha dicho, continuará la obra del actual Presidente, a quien en una declaración temeraria se ha atrevido a calificar como “el mejor Presidente que ha tenido México”. Las alabanzas deben también ser serias para que quienes las digan sean confiables.

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