Este título, nos obliga a reflexionar preocupados si analizamos distintos hechos que ahora se están viviendo en el país. Para que una sociedad tenga una convivencia armónica y saludable, que propicie la seguridad personal y colectiva, como el clima adecuado para el progreso, tendrá que ser la justicia la que impere en todas las actividades humanas, públicas y privadas, pero sobre todo, en las acciones de gobierno.

Tendrá que ser la política la que se encuentre al servicio de la Justicia. Hermosa, objetiva y clara es la definición que desde la antigüedad acuñaron los romanos, que define a la Justicia, como la voluntad constante y permanente de darle a cada quien lo suyo.

Para lograr ese anhelo, es que existen las leyes, como también y con una función trascendente las personas que deben conocer para interpretarlas y aplicarlas, como dijera Aristóteles con equidad, que implica materializar la Justicia a un caso concreto. Las anteriores consideraciones, las he realizado partiendo de distintos hechos que, en lo personal, conozco a través de los medios de comunicación.

Uno de ellos, es el muy lamentable fallecimiento de un niño en su clase de natación. Una verdadera tragedia tanto para la familia que sufrió esa pérdida, como también para la misma sociedad que padece la muerte de un menor por un muy desafortunado accidente.

Ahora bien, lo que considero no ha sido lo justo, es que hayan sido privadas de su libertad dos personas. Sin desconocer como lo he dicho, y no me cansaré de repetir fue un doloroso drama; sin embargo, de acuerdo con la ley, a esas maestras no tenía de acuerdo con la ley, y en justicia, habérseles aplicado esa medida cautelar.

Nos encontramos aquí frente a una situación en la que se privilegió la política a la aplicación correcta de la ley. Técnicamente fue un homicidio culposo, no puede hablarse de la presencia de dolo eventual, esto lo sabe perfectamente la Fiscal de la Ciudad de México. Se cumplieron todos los protocolos, y ahora, hasta ha llegado a pensarse que deberían imponérseles sanciones a una escuela con un prestigio centenario.

Otro hecho doloroso, es la muerte de dos jóvenes mujeres, una casi niña, al caer en una alcantarilla destapada, que a decir de la misma Jefa de Gobierno de la Ciudad, hay muchísimas que se encuentran así porque han sido robadas sus tapas.

Aquí está también presente, pero en sentido contrario, la sumisión de la Justicia a la política; con un criterio totalmente diferente al observado en el caso del colegio, que yo sepa, no se ha iniciado carpeta de investigación en contra ni del alcalde de esa demarcación, como de la Jefa de Gobierno, a quienes podría llegarse a fincarles responsabilidad penal.

Un tercer caso, que conozco también por los medios de comunicación es la controversia alentada con singular entusiasmo por la misma Jefa de Gobierno, en contra del Fiscal del Estado de Morelos. Los resultados contradictorios de dos necropsias, a propósito de la muerte de una mujer, ha sido la aparente razón de la señora Sheinbaum, para actuar como coadyuvante del Ministerio Público.

De la misma manera, podemos pensar en la torpe conducta oficial que permite bloqueos en carreteras y vías de ferrocarril y no hace justicia aplicando la ley; así como más recientemente, como resultado de la marcha en la que participamos miles de ciudadanos, el desprecio a la constitución, queriendo cumplir ocurrencias antidemocráticas, con leyes reglamentarias contrarias a la Constitución. Así, encima de la Justicia y la ley, la voluntad política.

Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM

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