La Universidad de la Nación, como acertadamente le llama su digno y brillante Rector, el doctor Enrique Gragüe Wichers, inició su prolífica y centenaria vida, con la Facultad de Derecho. La primera clase que se impartió fue en nuestra Facultad.
Decíamos con razón que es esta Universidad una institución centenaria. En el año 1551, Carlos V expidió la ley que la creó. En ese Decreto se establecía que surgía con el propósito de formar tanto a los nacidos en la Nueva España como a los hijos de los españoles que ahí radicaran. Se prescribía también que orientada la enseñanza por la fe católica, debería respetar en su enseñanza los principios de la Universidad de Salamanca.
Fue en 1553 que se estableció en la Nueva España. Una de las “columnas”, como se le decía a las materias que deberían se impartirse era la de cánones. Y esta fue la primera cátedra impartida en la que ahora es nuestra Facultad.
En 1833 para substituir a la Universidad, surgió la Dirección General de Instrucción Pública, y a la Escuela que impartía Derecho, se le ubicó en el Colegio de San Ildefonso.
El presidente Santa Ana, suprimió esa Dirección General y ordenó de nuevo la creación de la Universidad; en su accidentada vida, Comonfort la suprimió, y sus fondos y bienes los destinó a la creación de la Biblioteca Nacional.
Es de recordarse también que nuestra Facultad ocupó en 1906 las instalaciones del Colegio de Minería.
Un hecho relevante a nivel nacional, es que en la Facultad de Derecho se gestó el movimiento estudiantil que logró que el gobierno reconociera la autonomía universitaria.
Cualidad que implica, entre otros atributos, que el nombramiento de sus funcionarios, como todas las disposiciones de su vida interna, es decidida por sus integrantes. Es oportuno recordar que uno de los dirigentes de ese movimiento fue el joven estudiante Ricardo García Villalobos Espinoza, quienes sus compañeros, por su físico que le hacía aparecer como una persona mayor, le llamaban “el viejo”
La autonomía se le dio a nuestra Universidad por un abogado, que no era egresado de nuestra Facultad, sino de la Escuela Libre de Derecho. Emilio Portes Gil, que junto con Pedro Lascurain y Felipe Calderón, hicieron en esa escuela sus estudios profesionales.
Por cierto, ahora que hablamos de presidentes de la República, recordamos que de sus aulas egresaron Miguel de la Madrid, José López Portillo, Luis Echeverría, Adolfo López Mateos y Miguel Alemán.
Los primeros tres mencionados, fueron también profesores en la Facultad, y el último de los señalados fue quien construyó la Ciudad Universitaria.
El antecedente del nombre de la Facultad es Escuela Nacional de Jurisprudencia, mismo que se transformó en Facultad de Derecho, cuando por iniciativa de su entonces director, José Castillo Larrañaga, el Consejo Universitario autorizó que se impartieran estudios de doctorado.
Concluimos esta breve reseña en la que se omiten muchos datos, para referir que la Facultad de Derecho de la Universidad, acaba de volver a ser reconocida como la primera institución en habla hispana que imparte Derecho, como que es también reconocida a nivel internacional por su calidad académica. Felicitemos a su director, el doctor Raúl Contreras Bustamante a quien hemos de reconocer importantes logros, como el mencionado.