Las palabras de la Presidenta Electa en el H. Colegio Militar, pronunciadas esta semana, ante más de veinte mil efectivos de 28 planteles que integran el Sistema Educativo Militar y en presencia del presidente López Obrador, y los actuales Secretarios de la Defensa Nacional y Marina, y quienes ocuparan esas responsabilidades el próximo sexenio, invitan a hacer algunas reflexiones.

Se refirió a que se les continuaría encargando la realización de obras materiales como puertos y ferrocarriles, que pretende se realicen en su gobierno. Esto implica que tendrán el Ejército y la Marina responsabilidades que no se encuentran entre las funciones que se les señalan en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.

En la mencionada ley, se enuncian las funciones de esas dependencias en los artículos 29 y 30, y en ninguna de sus fracciones aparece que se encuentran las tareas que ahora realizan de construcción de obras, y que por lo expresado por la doctora Sheinbaum, pretende se sigan dedicando a esas tareas.

Como lo sabemos, en el gobierno que está por terminar dentro de unos días, se les encargaron a las militares tareas que no son de su competencia. Lo entendemos porque el actual titular del Poder Ejecutivo Federal no se ha distinguido en cumplir con exactitud lo que las leyes ordenan.

Probablemente por la asistencia a esa ceremonia de López Obrador, fue que hizo esa manifestación, y que una vez que haya protestado como Presidenta y jurado respetar la Constitución y las leyes que de ella emanen, como dice el texto de la protesta que rendirá ante el Congreso, ordenará que retornen a sus cuarteles y no intervengan en tareas que no son de su competencia.

También manifestó que durante su mandato no habría de ordenarles ninguna conducta que atentara contra los Derechos Humanos, ni en contra de la Constitución Federal. Esa afirmación la estimamos innecesaria, porque considerando su formación humanista, como ella misma lo expresó, y enterados de su trayectoria profesional, estamos seguros que en su comportamiento no realizaría las conductas negativas que señaló.

Otra afirmación durante su intervención fue en el sentido de que “el mando civil” en ocasiones les había ordenado a las fuerzas armadas acciones que atentaran contra “leyes y derechos humanos que deberían haber respetado irrestrictamente”. Haber hecho esa evocación juzgo no tiene mayor trascendencia considerando que es hacia el futuro, y en concreto para el próximo sexenio que encabezará, que deberá encaminar sus esfuerzos y su conducta.

Está terminando una administración federal, en la que su Titular dedicó mucho tiempo en sus conferencias mañaneras y, en otras ocasiones, a atribuir a gobiernos anteriores defectos y equivocaciones y hacerlos responsables de situaciones que se viven y que son lamentables. Los mexicanos estamos cansados de escuchar esas palabras en contra de administraciones del pasado.

Como bien dijo la Presidenta Electa, las tareas de las fuerzas armadas en los casos en que han tenido que auxiliar a la población por desastres naturales han sido de una gran utilidad y que han demostrado su lealtad al poder civil.

Dentro de unas semanas, recibirá la doctora Sheinbaum la banda presidencial, lo que implicará tener la más elevada responsabilidad política del país. Se encontrará frente a muchos retos que vencer. Han sido muchos los yerros del actual gobierno. Entre los más recientes una reforma judicial que viene a atentar contra principios rectores de las instituciones nacionales como la división de poderes, la independencia del Poder Judicial y la carrera judicial.

Por México, por ella, confiamos tendrá el carácter y decisión suficiente para despedir con respeto al actual Presidente y no permitirle siga interviniendo en su administración como estoy cierto intentará hacerlo, y que sea ella quien decida la marcha del país con el compromiso y privilegio de servir al pueblo desde Palacio Nacional.

Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM


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