Ha concluido el procedimiento electoral iniciado para la renovación del Poder Ejecutivo Federal, con la entrega de la constancia que la declara Presidenta Electa. Le deseo tenga un brillante gobierno para bien de todos los mexicanos. La tarea que tiene por realizar no es nada fácil.

Hablaba la semana pasada de algunas de las distintas esperanzas que su presencia despiertan entre la ciudanía.

Hoy me seguiré refiriendo a otras. En principio, una de las más importantes, que tenga el talento y fortaleza para que el todavía actual, se vaya a su rancho y no le permita seguir interviniendo en la cosa pública. Bastante daño le ha hecho al país, para que lo siga haciendo.

Es también imperativo que se cambie el modelo fallido y torpe que se tiene para manejar la seguridad pública. La periodista egresada de la destacada escuela Carlos Septien García ha demostrado su ineptitud, o acaso ha sido culpa presidencial por su política de “abrazos y no balazos”. Para continuar con un nombramiento poco afortunado, ya se la nombraron secretaria de Gobernación.

Afortunadamente pudo usted designar a Omar García Harfuch quien sí tiene conocimientos sobre seguridad pública, además de que es hijo y nieto de dos mexicanos que en su tiempo fueron eficientes en las tareas de seguridad que les fueron encomendadas, el General de División, Marcelino García Barragán y Javier García Paniagua.

Desde que inició este sexenio hasta el 30 de junio, están registrados más de 188 mil homicidios dolosos. Enhorabuena, como he manifestado que ahora la Secretaría del Despacho encargada del tema de seguridad estará en manos capaces.

A propósito de este tema, una respetuosa sugerencia, no tiene caso se desmañane con las reuniones a las seis de la mañana con el tema de seguridad. La experiencia nos ha demostrado que de nada han servido, con los cientos de mexicanos privados de la vida. Será mejor, así lo creo, descanse una hora más, a estar oyendo los dramas diarios de los que nos venimos enterando por los medios de manera cotidiana.

A propósito de su sueño, Señora no vaya a seguir viviendo en Palacio Nacional. Los palacios son para los reyes, como la ilustre Isabel II, o la Reina Juliana, no para un mujer electa popularmente.

Regrese a Los Pinos, la residencia que Cárdenas, el expresidente al que tiene que imitar, en decisiones valientes, fue quien la edificó con el propósito de dejar de vivir en el Castillo de Chapultepec

Sabemos que las Fiscalías son autónomas, pero cuánta falta de pulcritud institucional del Fiscal de la Ciudad de México, compareciendo a un restorán para que una orden de aprehensión no se ejecutara, y al parecer, porque quien pretendía ser detenido es persona políticamente cercana a usted.

Y dentro del rubro de la impunidad, es categórico e imperioso y urgente se atienda el problema de las extorsiones tanto a los limoneros como a muchas otras personas en el territorio nacional.

En muchas regiones no gobiernan las autoridades constituidas sino la delincuencia. Tristemente lo sabemos todos, usted entre esas personas, el narco se ha posesionado de muchas zonas en las que impone su voluntad.

No defraude la esperanza que en usted tenemos, por el bien de México, aun cuando no hubiéramos votado por usted.

Profesor de la Facultad de Derecho. UNAM.


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