Ante la cercanía del aniversario del natalicio de Benito Juárez, voy a escribir sobre este Tribunal, por la participación que tuvo en su creación.

Durante el Virreinato, existieron los llamados Tribunales Especiales y Ordinarios. La competencia de los primeros era conocer los asuntos considerados un atentado contra la iglesia, como también los relacionados con los conflictos que surgieran de transacciones comerciales.

Los Ordinarios se encargaban de los asuntos relacionados con el Supremo Consejo de Indias, la Audiencia y las causas civiles y penales. Después de consumada la independencia, en noviembre de 1824, se determinó que la capital de la naciente República sería la ciudad de México. La administración de justicia de los habitantes se siguieron atendiendo por los juzgados que existían, cuando formaba parte del Estado de México.

Al llegar Santa Anna e instaurar el régimen centralista, la ciudad de México pasó a ser la capital del “departamento de México”, y se crearon diez juzgados de primera instancia y Tribunal Superior de Justicia que se instaló en Toluca.

Al restaurarse el federalismo, siguieron funcionando los juzgados creados desde antes, y solo en 1848 y principios de 1849, se tuvieron que trasladar a Querétaro, ante la invasión de las tropas estadounidenses.

El 23 de noviembre de 1855, el presidente Juan N. Álvarez, publicó la ley elaborada por su Ministro de Justicia, el licenciado Juárez García, denominada Ley sobre Administración de Justicia y Organización de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios. Esta fue la ley que por primera vez le dio a la ciudad de México una administración de justicia propia, al haberse dispuesto la creación de un Tribunal Superior que estaba integrado por tres salas.

Esta ley de Juárez, además de ser el antecedente más antiguo del tribunal de la capital, determinó también sus atribuciones, al suprimir la competencia que tenían tribunales eclesiásticos, para resolver conflictos entre particulares.

Cuando Juárez restaura la república al derrotar a Maximiliano en 1867, implanta en 1868 el Tribunal Superior de Justicia en la calle de Cordobanes, hoy Donceles.

El Tribunal y los juzgados cambiaron su domicilio, cuando el Presidente López Mateos inauguró en 1964, las instalaciones del Tribunal en la calle Niños Héroes.

Este Tribunal ha tenido como presidentes a juristas y políticos destacados en la vida pública. Entre los muchos que podemos mencionar, está Donato Miranda Fonseca quien después de tener esa responsabilidad fue el primer Secretario de la Presidencia, secretaría de Estado creada por López Mateos; también menciono a Julio Sánchez Vargas que ocupó posteriormente la entonces Procuraduría General de la República.

Su actual presidente es el Doctor en Derecho Rafael Guerra Álvarez, quien tiene una larga y brillante carrera judicial que comenzó desde los cargos más modestos dentro del Poder Judicial.

Es un ejemplo de superación, perseverancia y talento. Desde su oficina en avenida Juárez, en el piso 17, se mira el Hemiciclo a Juárez, y ahí, en uno de las esquinas de ese monumento, un niño que apenas iría a cumplir diez años, tenía su cajón para bolear zapatos. Ese niño ahora coordina con pulcritud y honestidad, uno de los Tribunales de Justicia más grandes del mundo. Como profesor de la Facultad de Derecho su trayectoria alienta a superarse a sus alumnos.

Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM.

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