La persistencia de la violencia en nuestro país y en la región de las Américas ha alcanzado niveles tan extremos que se ha convertido en el tema central de la preocupación ciudadana. Basta con echar un vistazo a las notas de inseguridad y violencia de la semana para darnos cuenta de que la visión que se ha tenido hasta ahora no funciona. Es momento de hacer un viraje, y transformar el enfoque reactivo en una estrategia de prevención y construcción de paz. Requerimos un cambio que apueste a fomentar la eficacia colectiva, la participación y corresponsabilidad ciudadana, que invierta en la prevención situacional y en la apropiación del espacio público al tiempo de abonar en la inclusión y la atención diferenciada de aquellos que la tienen más difícil por los contextos y ambientes en los que se desarrollan.
Es bajo esta lógica que de la mano de Manuel Redondo, director de PRONUS y con apoyo del gobierno de Yucatán, realizamos la primera Cumbre Chabajel: Sociedades de paz. La palabra Chabajel, de lengua tseltal, quiere decir pacificación, y reúne en su significado el espíritu del encuentro: hallar, en conjunto y a través del diálogo, soluciones y alternativas basadas en evidencia para la construcción de paz.
En el marco del Día Internacional de la Paz, la Cumbre reunió en Mérida a más de 40 expertos, 100 organizaciones y diversos gobiernos de América Latina. El objetivo fue reconocer la construcción de paz como una meta compleja que requiere un abordaje integral y multidisciplinario. Ahondamos en la mediación pacífica del conflicto y la reconciliación, en el trabajo territorial, en la relación de los espacios públicos y la seguridad, en la policía de proximidad, la justicia cívica, la perspectiva de género, la prevención y atención a las adicciones y la reinserción social a través de la exposición de prácticas exitosas e innovadoras. Participaron personalidades como Irwin Waller, experto canadiense en seguridad; Macarena Rau, chilena, autora del modelo CEPTED para la prevención; Ernestina Godoy, procuradora de la CDMX; Nashieli Ramírez, presidenta de la CDHCM; María Fritz, secretaria de Gobierno de Yucatán; el general Lara Cruz, del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública; Rodrigo Martínez, exsecretario de Seguridad del Edomex; Alejandro González Cussi, comisionado de Seguridad en Morelia; los secretarios ejecutivos y coordinadores de seguridad de los estados de Jalisco, Guerrero y Guanajuato; Clara Brugada, exalcaldesa de Iztapalapa; Carmen Fernández, de CIJ; Daniela Ancira, Angela Guerrero y Arturo Morell, expertos en reinserción social, Ayosha Barreiro y Mayra Valenzuela una de las “siete cabronas de Tepito”, entre muchos otros.
La cumbre también tuvo por objetivo un llamado a la acción, así que decidimos dejar un pedacito de Chabajel al sur de la ciudad de Mérida, en el barrio de El Roble Agrícola, una de las colonias de mayor vulnerabilidad social de la ciudad, con un ejemplo vivo del programa Territorios de paz creado por RED VIRAL. Con un enfoque integral y con perspectiva de género, el programa promueve la resiliencia y la cohesión social a través de la transformación del espacio público y la participación de los ciudadanos. Así, de la mano del centro de atención mixta a las adicciones, El Arca de Noé y la Fundación Comex-México Bien Hecho, logramos transformar más de 200 fachadas, calles y avenidas que cambiaron su semblante para convertirse en lugares coloridos con frases de amor y convivencia que inspiren un ánimo diferente y fomenten las actividades sociales como el concierto que llevó a cabo la orquesta sinfónica de la Universidad de las Artes de Yucatán en este polígono hace unos días. Como señaló con orgullo don Juan, uno de sus habitantes, “todo cambió mucho, se ve elegante. Hasta la calle, que era muy pobre, ahora está muy alegre.”
La paz no solo implica la ausencia de la violencia, sino que supone la eliminación de sus causas subyacentes: la desigualdad, la impunidad, la falta de oportunidades, y espacios públicos dignos. Requiere el compromiso de todos los actores, gobierno, sector privado, medios y sociedad civil. Construir la paz significa trabajar en equipo y con empatía para generar acciones y metas a favor del bien común y de la armonía colectiva. Solo así, de la mano de las personas y con una visión incluyente y desde el territorio, lograremos comunidades más resilientes y seguras.