Mi vida no hubiera sido la misma sin la presencia de la UNAM en ella. Mi contacto con esta Universidad comenzó cuando de pequeño entré a Pumitas; años después, mi familia se mudó a Copilco y CU se volvió un lugar que frecuentaba para andar en bici o caminar. Sin embargo, creo que fue hasta que entré al CCH Sur cuando comencé a experimentar, de forma más amplia, lo que es la UNAM: un lugar donde hay oportunidades para el desarrollo personal y profesional de todo tipo de estudiantes, de diverso origen, clase y forma de pensar; desde el principio esa diversidad fue, para mí, una de las fortalezas de la UNAM. También es un espacio de encuentro e intercambio de ideas, conocimientos y experiencias. Pienso que la UNAM es uno de los lugares con mayor libertad, con más opciones y con más apoyo para vivir intensamente ese tiempo de formación académica y para construir, también en libertad, proyectos personales y profesionales. Un ejemplo de ese apoyo es Fundación UNAM.

Después del CCH ingresé a la carrera de Biología en la Facultad de Ciencias. Allí conocí a algunos de mis mejores amigos y también a los docentes más dedicados y mejor preparados que me han tocado en la vida. Durante la carrera experimenté las distintas áreas de estudio de la biología, desde el trabajo de campo y el de laboratorio, hasta la biología teórica; conocer tantas opciones me permitió definir mis intereses con mayor claridad. Es por esto que, si bien no puedo saber cómo ha sido la experiencia de cada persona, ni cuáles son las condiciones en cada organismo, instituto o facultad, considero que la UNAM tiene un ambiente idóneo para vivir una experiencia única y positiva.

Posteriormente hice mi posgrado en el Instituto de Ecología. Allí pude profundizar con gran libertad en mis intereses académicos y laborales. Fue ahí donde confirmé que disfruto mucho el trabajo teórico y abstracto, así como el intercambio y la discusión de ideas. Así me fui acercando a la investigación en Biología Matemática y Computacional, que apareció como un atractivo camino para mí. Al final del doctorado, la UNAM me apoyó para realizar una estancia de investigación en Francia, la cual, a la postre, me permitiría desarrollar un trabajo sobre los temas de mi interés y conocer a nuevos y nuevas colegas.

Después de varios años de vivir en el extranjero regresé a México e ingresé al Centro de Ciencias Matemáticas de la UNAM, ubicado en Morelia. En la UNAM he encontrado espacios excelentes para realizar docencia y mecanismos de apoyo para el desarrollo personal y laboral; un ambiente enriquecedor y estimulante para la investigación científica y para desarrollar el trabajo que me gusta, abordando temas que me motivan, asesorando y apoyando a estudiantes en su formación, colaborando con investigadores y disfrutando de mi día con día.

Estoy convencido de que la persona que soy ahora, el trabajo que hago, la forma en que pienso y los intereses que tengo, han sido tocados de forma profunda por mi continua interacción con la UNAM, la cual espero siga por muchos años. Sin duda, mecanismos como las becas y apoyos que otorga Fundación UNAM fortalecen la vida social, cultural y científica de la Universidad; son necesarios para que más personas puedan aprovechar todas las posibilidades que hay en la UNAM y permiten que más jóvenes puedan realizar sus estudios y sus proyectos en nuestra Universidad.

Investigador Asociado C en el Centro de Ciencias Matemáticas

 

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