Tras una espera de 18 meses, el 15 de julio la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-037-STPS-2022, Teletrabajo-Condiciones de seguridad y salud en el trabajo aprobado por el Comité Consultivo Nacional de Normalización de Seguridad y Salud en el Trabajo (CCNNSST).
Desde mi perspectiva, la mayor sorpresa fue darnos cuenta de que, en esencia, seguimos en un proceso de consulta que tomará 120 días más para poder llevar la teoría a la práctica de forma obligatoria.
Como hemos comentado antes, el teletrabajo ha traído retos y beneficios para todos; lo que empezó a causa de la emergencia sanitaria, se ha convertido en un esquema de trabajo al cual debemos de darle la correcta dimensión para el bienestar de las personas y las familias sin dejar de lado la importancia de la rentabilidad de las empresas. El foco de la NOM-037 debe ser preservar este espíritu por el bien del desarrollo social y económico.
Hoy básicamente contamos con una suerte de checklist de todo lo que tiene que cumplir el empleador para brindar a sus colaboradores el ambiente idóneo de teletrabajo: validar las condiciones de seguridad y salud de sus espacios para el home office; brindarles los insumos necesarios, capacitación e incluso protección especial a mujeres que se desempeñan profesionalmente desde sus casas y sean víctimas de violencia familiar.
No me malinterpreten, de verdad pienso que es maravilloso que se quieran evitar los riesgos físicos, emocionales y sociales del trabajo remoto, ¡es algo que se tenía que hacer! Pero no debemos caer en lo aspiracional. Toda norma debe de estar basada en nuestra realidad social, política y económica para ser verdaderamente aplicable.
¿Cuántos trabajadores mexicanos contaban antes de la pandemia (o ahora) con una habitación extra, con buena iluminación, mobiliario y temperatura adecuada para laborar desde ahí sin poner en riesgo su salud, su vida marital o familiar? Para ser honestos, muy pocos.
¿No les parece que intentar aterrizar todas esas ideas derivará en una carga administrativa adicional para el departamento de recursos humanos que ya es un área con muchísima operación?, ¿cuántas empresas podrán cumplir a cabalidad con la normativa?
“Mejor terminemos con el teletrabajo”, podrían decir algunos.
En mi opinión, más que claudicar o implementar un checklist –o hacerlo a medias ante las dificultades que plantea la realidad contante y sonante– lo que necesitamos como recursos humanos es encontrar el verdadero espíritu de la NOM-037, hacer frente a ese reto basándonos en las tecnologías de información para encontrar la manera de hacer eficiente su implementación.
Más que tratar de cumplir con la norma del teletrabajo, necesitamos que el teletrabajador desarrolle un verdadero compromiso con su empresa, que sea feliz trabajando en esa modalidad. La clave está en procurar su bienestar y eso no se logra con un manual ilustrado de cómo sentarse adecuadamente y hacer pausas activas. Esa es la base, pero tenemos que pensar más allá.
¿La NOM-037 nos dice que debemos de tener medios de supervisión? ¡Perfecto!, ¿qué tipo de convivencias voy a implementar?, ¿serán juegos, pláticas, talleres de desarrollo humano o de actualización? Esto, como todo lo que tiene que ver con recursos humanos, tiene que estar alineado con nuestra cultura organizacional.
La meta debería de ser cómo hacer que todos esos lineamientos generen valor a las empresas (productividad) y al trabajador (bienestar y balance de vida).
Ya tenemos el qué, ahora vamos por el cómo.
En ese sentido, la pregunta es cómo facilitarnos las cosas, pues nadie quiere convertirse en encuestador o esclavo de más trabajo administrativo. ¿Qué tal si simplificamos la norma, si automatizamos procesos? Hoy hay tantas herramientas que nos pueden ayudar con eso. El auténtico factor clave es hacerlo propositivamente, con una mirada a largo plazo.
Y un tercer punto fundamental es cambiar la forma en que entendemos y vivimos la relación colaborador-empresa. ¿Cómo vamos a equilibrarnos para hacer una relación ganar-ganar?
Hoy ya no se trata de lo que la empresa me tiene que dar porque factura mucho y lo merezco al ser su trabajador; ni tampoco que por pagar un salario me pertenezca la vida de mis empleados.
La NOM-037 es una gran oportunidad para que el departamento de recursos humanos dé este giro hacia el verdadero bienestar del ser humano (más allá del trabajador); es un momento coyuntural para replantear el compromiso y la empatía entre empleados y empleador.
Hoy sabemos que el talento quiere el teletrabajo y que las organizaciones están conscientes de que las personas son su mayor valor.
Si bien, aún falta mucho trabajo por hacer, los avances que tenemos de la norma de teletrabajo nos plantean un momento de reflexión sobre la cultura organizacional y de ser conscientes de que la relación patrón-trabajador ya no es de subordinación sino de trabajo en equipo. Todos dependemos de todos.
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