Este fin de semana en la ciudad de Buffalo , en Nueva York, un adolescente fue detenido por abrir fuego en un supermercado. Hirió a tres personas y mató a 10. La mayoría de las víctimas era de raza negra .

El detenido, como ya es costumbre en casos de terrorismo vinculados con supremacistas blancos, escribió un manifiesto de casi 200 páginas donde explicaba sus motivos y daba instrucciones de cómo replicar el ataque.

El punto central del texto era una teoría de conspiración llamada “El gran reemplazo”, la cual existe desde hace más de 100 años. De hecho, en una de las novelas más importantes del siglo XX en Estados Unidos, “El gran Gatsby” (1925), uno de los personajes, Tom Buchanan , es fiel creyente.

“El gran reemplazo” es similar a “Los protocolos de los sabios de Sion” en cuanto a que, de origen, es un alegato antisemita. En resumidas cuentas, la teoría sostiene que los judíos quieren tomar el lugar de los “blancos” en Estados Unidos para imponer su ideología. Estas patrañas se siguen repitiendo al día de hoy; en tiempos de Donald Trump hubo varias manifestaciones de nacionalistas blancos que gritaban “los judíos no nos reemplazarán”.

Sin embargo, “el gran reemplazo” ha mutado y ahora incluye a otras minorías. En el caso de Buffalo, el acusado sostenía que los afroamericanos buscaban tomar el lugar de los blancos. En incidentes similares, como el de Nueva Zelanda en 2019, el tirador decía que eran los musulmanes.

Y en la televisión estadunidense, en particular en el canal de Fox News, los conductores de sus programas equiparan “el gran reemplazo” con la migración desde México. Ahí está Tucker Carlson , que durante los últimos años se ha convertido en el vocero nacional de la extrema derecha de su país.

Carlson, quien comenzó su carrera como un analista político moderado –para estándares de Estados Unidos– es ahora un conspiracionista hecho y derecho. Así como dice en público que las vacunas contra el covid solo hacen daño y buscan controlar a la población, también vocifera en contra de los migrantes mexicanos y centroamericanos. Día con día sus gritos son iguales, día con día sus gritos sirven para alebrestar lo peor del racismo estadunidense.

No por nada su programa es el que mayor rating tiene en el canal.

A esto hay que sumar lo que es de todos sabido, el fetiche estadunidense por las armas. Como dice el sitio de sátira “The Onion” cada que ocurre un tiroteo: “No había manera de evitarlo, sostiene el único país donde esto ocurre cotidianamente”. El acceso casi irrestricto a las armas, la propagación del odio a través de los medios de comunicación –y obviamente a través de las redes–, y la política racista que se ha adueñado de uno de los dos principales partidos políticos de Estados Unidos hace que tiroteos como el de Búfalo y políticos que son abiertamente antisemitas, antimigrantes, antiminorías y antiprogreso tomen el control del país.

Basta recordar lo que comentábamos hace unas semanas: Roe v. Wade , el caso que llevó a la despenalización del aborto , está a nada de convertirse en letra muerta, porque los ultranconservadores se hicieron de la Corte Suprema de Estados Unidos gracias a artimañas del partido Republicano.

Desde hace tiempo Hollywood produce películas y series distópicas, donde en un futuro no tan lejano los cuerpos de las mujeres están controlados por el Estado, donde la violencia y el estado de naturaleza superan al estado de Derecho.

Esa distopía se convierte en realidad a paso acelerado en Estados Unidos.

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad de su autor y no necesariamente representan el punto de vista de su empleador. 

para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, planes para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS