¿Cuántas veces no hemos visto en los últimos meses notas anecdóticas como base de algo mayor? Pensemos, por ejemplo, en titulares que buscan atraer clics: “A este actor le dio covid a pesar de estar vacunado”. “A este otro le hizo más daño la vacuna que la enfermedad”, y así sucesivamente. Historias en mayúsculas, en negritas, que convierten un caso, uno, en material para que alguien arengue en contra de lo único que ha demostrado, hasta hoy, prevenir –y no al 100– la muerte por el virus: las vacunas.

Pero el asunto no queda ahí. Una cosa es la búsqueda del clic a expensas de lo que sea, y otra es la repetición de información sólo porque existe. Ambas son peligrosas y ambas deberían ser prácticas que deberían evitarse.

Pensemos, ahora, en la cantidad de estudios que se publican diario en distintos países y en distintas circunstancias. Son estudios científicos que requieren alto conocimiento para su interpretación. Son estudios que muchas veces son preliminares, o que otras responden a ciertas cuestiones específicas –qué, cómo, cuándo y para qué se analizó algo–, pero que los medios, y la población en general –ávida de cualquier información nueva– consumen sin pinzas. Refirámonos a dos casos en concreto: la mezcla de vacunas y los casos de covid en los ya vacunados.

Si uno ingresa al buscador la pregunta “¿Debería mezclar vacunas?”, encontrará distintos artículos que la herramienta acomoda conforme a la información que se le pregunta. No es que el buscador le dé la respuesta correcta, no. Le otorga al usuario la respuesta que se adecúa más a lo que “quiere”.

Si pongo “¿Debo combinar la vacuna x con la y?”, encontraré una enorme cantidad de artículos de medios –y de journals académicos– que me dirán “sí, aquí te decimos por qué”. Si pregunto lo mismo pero sustituyo la “y” por “z”, recibiré resultados similares. Pero “y” y “z” no son intercambiables en términos científicos: no es lo mismo una vacuna hecha del virus mismo a otra de ARN mensajero . Son completamente distintas. Sin embargo, la red siempre me dará la razón.

Ante la ansiedad por obtener certeza, buscamos y buscamos con herramientas imperfectas que otorgan, a su vez, información imperfecta.

Y la autoridad, en la que uno debería confiar en estos casos, no da certeza . ¿Cuántas veces no hemos visto que lo que se nos afirma a nivel local resulta ser contradicho por autoridades más serias? Ahí está el cubrebocas.

El otro caso es aquel que versa sobre lo que en Estados Unidos conocen como “ breakthrough cases ”, o aquellos casos en los que alguien con esquema completo de vacunación se infecta por el virus y termina en el hospital.

Aquí en México ha sido todavía más sensacionalista el asunto, como mencionábamos de inicio: por algún motivo la gente en la farándula es tomada o como vocera calificada o como paradigma de la sociedad cuando algo le sucede: ¿si alguien se puede morir a pesar de estar vacunado –y si es alguien famoso–, qué me queda a mí, mortal común y corriente?

Lo que hace falta es contexto, porque cuando uno revisa los números, se da cuenta que estos casos son centésimas, ni siquiera números enteros en un porcentaje.

Las vacunas no son infalibles. Nadie sostiene su perfección. Por eso hablan de efectividad que en el mejor de los casos ronda el 90%. Siempre habrá alguien que tenga una reacción, siempre habrá alguien que no esté protegido del todo. Pero para la gran mayoría serán la diferencia entre la vida y la muerte.

Es válido tener miedo, es válido querer buscar información . Nadie está en contra. Pero también hay tal cosa como un exceso de ambos. Sí, la situación y la incertidumbre nos obligan a estar más alertas, pero por lo mismo debemos ser más cuidadosos: en medios porque el clic nunca será más importante que la salud del lector o la conciencia tranquila; y en la sociedad porque si no discernimos, si no somos críticos, si no usamos la razón, terminamos por hacernos daño cuando lo que queremos es justo lo contrario.

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad de su autor y no necesariamente representan el punto de vista de su empleador.


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