Con lentes, mucha educación y un estilo para vestir de niño bueno, Jesse Bam Rodríguez puede ser una pesadilla para cualquiera, desde las 108 hasta las 115 libras; de hecho, hoy por hoy, Rodríguez ostenta el verde y oro de los supermosca y es el hermano menor del también campeón mundial de las 115 libras versión AMB, Joshua El Profesor Franco.

A este joven texano, que pareciera no romper un plato, le llegó la enorme oportunidad de título del mundo ante Carlos El Príncipe Cuadras, debido a que Srisaket Sor Rungvisai, no pudo viajar a Estados Unidos para el compromiso y ahí fue cuando surgió el nombre de Jesse Rodríguez para reemplazar al tailandés.

El camino al título para el Bam fue muy extraño; Rodríguez estaba clasificado por la AMB en las 108 libras, muchos “analistas” no le daban oportunidad alguna frente a Cuadras, se pensaba que era “muy joven” para la hazaña y se habló mucho desde el desconocimiento de las habilidades y herramientas que siempre mostró en su carrera, que por cierto inició desde amateur al lado de Robert García.

El zurdito nacido en San Antonio, Texas, y ascendencia mexicana, llegaba al compromiso del 5 de febrero del presente, con 22 años, un récord sin descalabros de 14-0 y 10 anestesiados. Y seguramente no llegaba en calidad de favorito a Phoenix, Arizona, donde se celebró la pelea del título del mundo vacante del Consejo Mundial de Boxeo en la competida división de las 115 libras, donde hay tiburones como el mismo Cuadras, Chocolatito, Joshua Franco, Srisaket Sor Rungvisai y el mismísimo Juan Francisco Gallo Estrada, campeón franquicia de organismo verde y oro.

El 5 de febrero de 2022, al sonar la campanada final, el mundo del boxeo había sido sorprendido por un jovencito de 22 años. Las tarjetas indicaban que Jesse Rodríguez Franco era el nuevo monarca de las 115 libras del Consejo Mundial de Boxeo, dos jueces dieron 117-110 y la otra tarjeta fue de 115-112 por la visita a la lona de Cuadras en el tercer episodio. Sin duda una noche de gran boxeo de la estrella que surgía en Phoenix, contra un guerrero de mil batallas como Carlos Cuadras; no había duda, Bam Rodríguez había ganado y de manera categórica. Seguramente los incrédulos, al igual que los mariachis en la canción de José Alfredo Jiménez… callaron.

El haberse coronado fue una de las noches más importantes en l a carrera del Bam hasta ahora, pero no contaban con que los retos serían más grandes y no solamente enfrentaría en su primera defensa al peligrosísimo pegador tailandés Srisaket Sor Rungvisai, sino que lograría lo que no lograron ni el Gallo Estrada, ni Chocolatito González: noquear al histórico guerrero de Tailandia. Sí, el chamaco no solamente dominó de cabo a rabo al veterano guerrero; Jesse mandó a la lona a Rungvisai en el round 7, para acabarlo en el episodio número 8 y defender frente a su gente en San Antonio, su cetro verde y oro del CMB.

Sin temor a exagerar, les digo que ha nacido una estrella, tiene boxeo, técnica, agallas, pegada, juventud y un estilo que hace recordar al mismísimo Lomachenko, sin duda, Jesse “Bam” Rodríguez es un virtuoso del boxeo, y auguro campeón para rato y que no les extrañe que este jovencito, invada otras divisiones para conquistarlas.

Síganle la pista a este enorme pugilista y disfruten a un muy joven monarca, que por su imagen, podría engañar a muchos y de paso nunca olviden el nombre de Jesse Rodríguez, que es el claro ejemplo del porque nunca se debe juzgar a un libro por su portada; es decir: La fiereza de un campeón, no se nota en su rostro, se nota en su corazón y vaya que si hay algo que le sobra al campeón México -americano… es corazón.

@ErnestoAmador

Google News

TEMAS RELACIONADOS