Cuando tienes enfrente a un guerrero que ha ganado dos medallas olímpicas, que tiene un récord amateur de 396-1 y ostenta tres distintas categorías en cuanto a peso se refiere, seguramente te impone, y no me queda la menor duda de que eso le pasó a Devin Haney; le ganó la inmadurez y no pudo con la presencia cara a cara de Lomachenko.
En contraparte, Lomachenko inmediatamente después de lo sucedido me dijo todavía sonriente lo siguiente: “Nunca entendí el empujón, pero no tiene poder”, e inmediatamente soltó una carcajada.
Las tablas y la experiencia no se adquieren más que con los años, y los 35 años de edad y una carrera de Salón de la Fama le dan esa ventaja en experiencia a Loma.
Los dos cumplieron a cabalidad en el pesaje, pero con ese bajo empujón, Haney demostró que está un tanto nervioso, de hecho ha venido declarando, sin razón alguna, que Lomachenko es un peleador sucio. Nada más alejado de la verdad, si alguien es fino y con clase es el ucraniano.
Me queda claro que el favorito es Haney, pero algo me dice en mis entrañas que podría caer noqueado por Loma; sé que suena cercano a lo imposible, pero no veo un nocaut efectivo, veo un nocaut técnico. Sé que mis comentarios son muy aventurados, pero como les dije... es una corazonada.
El 29-0 con 15 nocauts está en peligro, pues Devin Haney estará enfrentando a uno de los más finos peleadores de la historia, un hombre que ha enfrentado a lo mejor del boxeo mundial y que en su momento fue nombrado NOMásChenko.
Hoy tendremos la oportunidad de ver a dos de los más finos boxeadores de los últimos años, Devin Haney con el mejor jab del boxeo actual, y un peleador que parecería “marciano” por lo que hace en el encordado. Literalmente tendremos caviar boxístico y ya si me aprietan y aflora mi lado romántico, creo que Loma merece el ser indiscutido en las 135 para ponerle la cereza al pastel de su grandiosa carrera.
No olviden que sabe más el diablo por viejo, que por diablo, aguas con una chamaqueada.