Número 5 Salvador Sánchez.
Oriundo de Santiago Tianguistengo, Estado de México. “Sal” Sánchez como cariñosamente le llamaba el mundo del boxeo, fue uno de los mejores boxeadores de la tierra del nopal y del tequila, desafortunadamente para todos los fanáticos del boxeo, “Sal” se fue muy temprano luego de un fatídico accidente en un “maldito” porsche.
Su categórica victoria ante el boricua Wilfredo Gómez, quedará grabada en la memoria de los mexicanos, pues es la más grande victoria ante Puerto Rico en boxeo. Gómez llegaba a este compromiso con un récord perfecto de 32-0-1 y 32 nocauts, vamos, un 100% de nocaut.
En 23 años de existencia Salvador Sánchez dejó una huella imborrable y tan grande que algunos lo consideran el mejor de todos los tiempos de México, inclusive por encima del mismísimo Julio César Chávez.
Además de ser parte del Salón de la Fama internacional del boxeo desde 1991. “Chava” dejó un impresionante récord de 44 victorias, 1 empate y 1 descalabro. Con 32 despachados por la vía del cloroformo, esto con tan sólo 23 años.
Sánchez se coronó en las 126 libras por parte del Consejo Mundial de Boxeo el 2 de febrero de 1980 ante el tozudo Danny “Coloradito” López. Al dejar este mundo “Sal” había realizado nueve exitosas defensas del cetro verde y oro. En su último encuentro, por cierto, todavía a 15 rounds, noqueó al peligrosísimo ghanés Azumah Nelson, este combate se celebró el 21 de julio de 1982 y tan sólo unas semanas después justo el 12 de agosto de 1982, “Sal” dejaba de existir físicamente, para convertirse en leyenda. Descanse en paz Salvador Sánchez Narváez.
Número 4 Juan Manuel Márquez.
El 23 de agosto de 1973 Iztapalapa, fue testigo del nacimiento de uno de los más grandes boxeadores de México, Juan Manuel “Dinamita” Márquez. Un guerrero mexicano que conquistó la división de los pesos pluma, superpluma y ligero. Sin duda uno de los mejores en el contra ataque y de una resistencia a prueba de todo. 56-7-1 con 40 nocauts es el récord que dejó “El Dinamita” al momento de su retiro. Por cierto, Márquez visitó la lona, pero nunca fue noqueado.
Juan Manuel es hermano de otro enorme peleador como Rafael Márquez, quien protagonizó grandes batallas ante Israel “Magnífico” Vázquez. “Dinamita” ingresó al Salón de la Fama en el año de 2020, aunque recibió el honor más tarde y su hermano Rafael fue inducido en la generación del 2023.
Márquez tuvo inmortales momentos en su carrera, pero el que nos llevaremos a la tumba sin duda es el que se vivió el 8 de diciembre del 2012, cuando al minuto 2:59 del sexto round “Dinamita”, dinamitó la humanidad de Manny Pacquiao consiguiendo uno de los mejores nocauts de la historia. Cerrando con broche de oro la histórica tetralogía ante el tagalo, dejando en claro quién fue el mandamás. El MGM Grand Garden Arena de Las Vegas enmudeció por algunos minutos, donde todos oraban por la salud del “Pac Man”. Luego de que Pacquiao se levantara de la lona, llegó la algarabía y celebración de Juan Manuel y Don Nacho Beristáin, mismos que al final recibían justicia, pues habían noqueado a uno de los mejores de todos los tiempos.
El 17 de mayo del 2014 Márquez se subió por última vez a un cuadrilátero ante Mike Alvarado, como dato curioso la pelea se celebró en el Forum de Inglewood, California, que después de 17 años abría sus puertas nuevamente el boxeo.
Juan Manuel Márquez es una gloria del boxeo y del deporte mexicano, hombre cabal, de pocas pulgas y orgullosamente con sangre azteca en sus venas.
Número 3 Canelo Álvarez
Santos Saúl Álvarez Barragán nació el 18 de julio de 1990 en Guadalajara, Jalisco, México. Canelo como se le conoce, hoy en día continua activo y es considerado el rostro del boxeo mundial, además es uno de los mejores cinco peleadores Libra X Libra de la actualidad y es el campeón indiscutido en los supermedianos.
Canelo hasta el momento ha conquistado cuatro distintas divisiones de peso, superwelter, mediano, supermediano y semipesado, divisiones nunca antes pensadas para los mexicanos por nuestro biotipo. “El Canelo” es un peleador chaparrito inclusive para las 154 libras y ni que decir en las 175.
Seguramente Álvarez Barragán tiene un lugar asegurado en el Salón de la Fama en Canastota, muchos podrán decir que su victoria ante Cotto, su trilogía ante GGG, la conquista de los semipesados ante Kovalev, son los mejores momentos del Canelo. Sin embargo, en mi opinión tres peleas definen el momento en el que Canelo de la mano de Eddy Reynoso tocaron la cima del mundo boxístico. Y me refiero a como se fueron encaminando al momento de ser llamados campeones indiscutidos en las 168 libras.
Así fue el camino del Canelo hacía el derecho a ser nombrado indiscutido.
Callum Smith, un peleador de 1.91 metros de estatura que llegaba invicto al compromiso con Canelo aquel 19 de diciembre del 2020, con récord invicto de 27-0 y 19 nocauts. Canelo ganó por decisión unánime y se adjudicó el cetro vacante del CMB y le arrebató a Callum el 168 versión AMB, ahí iniciaba el camino.
El 8 de mayo del 2021 Canelo noqueó de mala manera a Billy Joe Saunders, un peleador gitano del Reino Unido que se presentaba al pleito con récord invicto de 30-0 y 14 anestesiados. En lo previo Saunders cruzó la línea del respeto al ser bocón y lo pagó caro pues fue noqueado en el octavo de 12 ante 73,126 seres humanos en la casa de los Vaqueros de Dallas, el AT&T. Canelo llegaba con los cinturones del CMB y la AMB y Saunders esa noche perdía el cetro 168 de la OMB, pero a Canelo todavía le faltaba un cinturón, el de la FIB en poder de Caleb Plant.
Un invicto de 21-0 y doce nocauts era el récord de Caleb Plant antes de chocar ante Canelo en Las Vegas, Nevada el 6 de noviembre del 2021, la pelea creaba una gran expectativa por el hecho de que al final del combate habría por primera vez un peleador indiscutido en las 168 libras en la era de los cuatro organismo, en la era de los cuatro cinturones. El desenlace no pudo ser mejor a favor del tapatío, al noquear en 11 de 12 al oriundo de Nashville avecindado en Las Vegas. Luego del impresionante nocaut, por primera vez un latino y en particular un mexicano se había ganado el derecho a ser llamado indiscutido, Canelo coronaba una carrera de muchos años de sacrificio y se ganaba el derecho a ser nombrado también el número 1 Libra X Libra del planeta.
No se sabe cuanto tiempo más siga activo “El Canelo”, pero sin duda lo que ha logrado será recordado de por vida y ya tiene un lugar asegurado entre los mejores mexicanos de la historia.
Número 2 Óscar de la Hoya.
Una medalla de oro en Barcelona 1992, seis distintas divisiones conquistadas y once campeonatos del mundo hacen del “Golden Boy”, uno de los mejores peleadores de la historia no solo de peleadores con sangre mexicana en sus venas, si no uno de los mejores de toda la historia del boxeo mundial.
Óscar lo tenía todo, talento, carisma, pegada, pantalones, enloquecía a las mujeres y, por si fuera poco, lo que tocaba lo convertía en oro, o dólares, mejor dicho. De la Hoya a sus veintitantos años ganaba cerca de 20 millones de dólares por combate, más lo que se embolsaba por patrocinios, literalmente era una máquina de boxeo y de hacer billetes.
El chamaco de sangre mexicana nació en el barrio bravo de East LA, en Los Angeles, California, el 4 de febrero de 1973 en el seno de una familia mexicana, Cecilia en paz descanse y Joel son los progenitores del campeón y promotor además de Salón de la Fama. Su madre quién murió de cáncer muy joven fue su inspiración para conquistar la medalla de oro en Barcelona 1992 y la fundación con su nombre que lucha contra el cáncer de mama. Su padre Joel hoy en día siempre está a su lado al igual que sus hermanos.
De la Hoya debutó en 1992 y se retiro del boxeo en diciembre del 2008, perdiendo ante el legendario Manny Pacquiao en Las Vegas, Nevada, al momento de su retiro “El Golden Boy” dejó un récord de 39 victorias, seis derrotas. En su caminar por los encordados noqueó en el boxeo rentado a 30 de sus oponentes y fue noqueado en dos ocasiones una frente a Bernard Hopkins (hoy su socio) y la segunda frente al tagalo Pacquiao.
Es muy difícil elegir el mejor momento de Óscar de la Hoya, pues enfrentó a lo mejor de su época, “Maromero” Páez, Rafael Ruelas, Genaro “Chicanito” Hernández, Miguel Ángel González, Pernell Whitaker, “Macho” Camacho, Ike Quartey, Oba Carr, Félix “Tito” Trinidad, Shane Mosley, Arturo Gatti, Javi Castillejo, Fernando “Feroz” Vargas, “Yori Boy” Campas, Hopkins, Mayorga, Mayweather y Pacquiao entre otros. Yo me quedo con las dos peleas ante Julio César Chávez, que si bien le costaron caro a De la Hoya con el público mexicano. No podemos olvidar que derrotó al más grande de México de manera categórica en dos ocasiones.
El primer encuentro entre De la Hoya y Chávez se celebró el 7 de junio de 1996 en el Caesars Palace de Las Vegas y se llamó “La última gloria”, el resultado fue nocaut técnico en el cuarto episodio a favor del angelino, en aquella histórica noche estaba en juego el cetro superligero del CMB, como dato curioso el supervisor en esa pelea fue Eduardo Lamazón.
El 18 de septiembre del 2018 fue el día en que se encontraban nuevamente en el encordado Julio César Chávez y Óscar de la Hoya, la pelea se llamó “La última revancha”, y a diferencia del primer agarrón, la revancha se realizó en peso welter, siete libras más de peso que en la anterior división. Con 28-0 y 23 nocauts se presentaba De la Hoya, mientras que Chávez con un impresionante record de 100-2-2 y 84 nocauts, se dice que De la Hoya tenía asegurados 12 millones de dólares, por 6 millones de dólares para Chávez, esa noche en la mesa y en juego estaba el welter del Consejo Mundial de Boxeo. Al final Óscar detuvo a Chávez nuevamente, solo que en esta ocasión en ocho de 12, Julio ya no salió para el noveno. Parecería que fue ayer, pues todavía recuerdo los saltos de júbilo de De la Hoya al derrotar a su ídolo y al más grande ídolo de México. Insisto, esa fue una de las noches más grandiosas para Óscar, pero también fue la noche en donde los mexicanos, deportivamente hablando lo odiaron, sin embargo, Óscar de la Hoya siempre lo ha dicho, ¡soy mexicano como el que más!.
Número 1 Julio César Chávez
No hay un peleador más grande que Julio César Chávez para los mexicanos, lo podrán rebasar en logros deportivos, pero en mi opinión Julio será siempre el ídolo más grande para los mexicanos en el boxeo.
115 peleas profesionales, 3 distintas divisiones conquistadas y un insuperable 89-0 en su momento nos describen en general la grandeza del “César del boxeo”, Julio paralizaba a México, Julio es el boxeo mexicano, Julio es Julio.
Si uno analiza a detalle el récord de Julio, no cabe duda de que es impresionante e irrepetible. 107 victorias con 85 nocauts, seis derrotas, dos empates y sólo fue noqueado en cuatro ocasiones en una carrera profesional que inició en 1981 y que se extendió hasta 2005, sin duda, ¡impactante!.
El 13 de septiembre de 1984 se empezó a escribir la historia del legendario Julio César Chávez al imponerse por nocaut ante Mario “El Azabache” Martínez, conquistando su primer título del mundo superpluma del Consejo Mundial de Boxeo, esa noche el Olympic Auditorium de Los Angeles, fue testigo del nacimiento de una leyenda llamada Julio César Chávez, un boxeador que con su garra y su carisma conquistó no solamente al pueblo mexicano, si no al mundo entero.
En 2011 Chávez fue inmortalizado en el Salón de la Fama de Canastota, sin embargo, Julio ya era inmortal, Mayweather presume su 50-0 y los mexicanos nos reímos pues Julio tiene y siempre tendrá el 89-0.
Hablar de un momento de Julio es muy difícil, pero sin duda la paliza que le propinó a Haugen en el Estadio Azteca ante mas de 136,000 personas, en datos de Don King, la lección de boxeo y de garra ante el “Macho” Camacho, el nocaut al “Chapo” Edwin Rosario, que se pasó de hablador. El como se acabó en tan solo dos episodios al “Black Mamba” Roger Mayweather y en diez rounds en la segunda.
Sus combates ante Castillo y Laporte, el tirote ante José Luis “Zurdo” Ramírez, el grandioso nocauts al “Pelayito” Hernández, pero me quedo con la noche del 17 de marzo de 1990 cuando al minuto 2:58 del doceavo episodio noqueó de milagrosa manera al peligrosísimo Meldrick Taylor, que llegaba como favorito e invicto ante JC. Este combate fue la pelea del año en 1990. Todavía recuerdo a Richard Steele dando el conteo de protección a un Taylor que no reaccionaba y a un Julio que literalmente estaba “muerto” de cansancio y a punto de vomita por el esfuerzo. Ese momento define a Julio, pues ni siquiera el mejor script puede superar la noche donde Julio se impuso en el último instante de la pelea a Meldrick Taylor, algo inmejorable e irrepetible que solo Chávez pudo lograr, ¡el nocaut milagroso!.
Julio fue tan grande en el boxeo, que aún perdiendo en dos ocasiones con De la Hoya, ganó con los mexicanos, pues a pesar de las dolorosas derrotas, el fiel público mexicano abrazo a su Julio, a su “César del boxeo”.
Hablar de boxeo es hablar de México, pues el boxeo en México es una religión y si de septiembre hablamos en el fin de semana del grito de la Independencia se han escrito con letras doradas hazañas en el encordado, seguramente esta lista pudo ser mucho más nutrida con Barrera, Morales, Vázquez entre otros grandes monarcas, pero no cabe duda de que estos cinco guerreros representan a cabalidad al verde, blanco y rojo de la bandera mexicana y de paso al boxeo, el único deporte que no se puede jugar y que más gloria le ha dado a México, así es que habrá que gritar…. ¡Viva México! y ¡Viva el boxeo mexicano!.