Bob Arum es un viejo lobo de mar y lo demostró regalándole una velada boxística aquí en Las Vegas a la fanaticada en plena semana del Super Bowl. El problema es que ni Teófimo López ni Jamaine Ortíz lograron entregar en el encordado una pelea digna de la semana más importante del deporte en los Estados Unidos, donde los protagonistas son Kansas City Chiefs y San Francisco 49ers.
Antes de referirme a la estelar de la noche, mi total reconocimiento para René Tellez Girón que vino de Querétaro a Las Vegas a dar todo. Para Abdullah Mason que se va convirtiendo en un peligro para cualquiera en su división y finalmente para Keyshawn Davis que con 10-0 y 7 anestesiados es una pesadilla para cualquier peleador en los ligeros.
Desde ring side en el Michelob Ultra Arena sumé las tarjetas del combate entre López y Ortiz y el resultado en mi sumatoria fue un 116-112 a favor de Jamaine, y si bien, Ortiz no ofreció mucho combate, el plan que traían les funcionó a la perfección. Lo de Jamaine era moverse continuamente, no recibir golpes de poder y contraatacar cuando fuera posible, su plan de trabajo era ese y no se iba a salir de ahí, debo decir que se peleó como Jamaine lo quiso.
En cuanto a Teófimo la verdad es que lo vi a momentos frustrado, desesperado, muy errático y enojado. No hubo plan de emergencia o contingencia para imponerse en el combate titular, daba la impresión de que la esquina del monarca de las 140 libras versión OMB y Ring Magazine no tenían respuesta al plan de trabajo que ejecutó a la perfección su rival. No hubo plan B, no hubo respuesta tácticamente hablando, a momentos lo hicieron verse mal, yéndose en banda y fallando mucho, parecía que la esperanza era conectar un golpe de nocaut, nunca le cortaron el ring a Ortiz y nunca le restaron piernas con golpeo al cuerpo.
En resumidas cuentas, fue una pelea un tanto aburrida y monótona. Uno buscando un golpe de nocaut con “bombazos” y el otro alejándose constantemente en base a piernas del rival. Habrá que decir que quizá los estilos no se acoplaron, pero no podemos obviar el que Teófimo no pudo ajustarse a las circunstancias y Jamaine sin duda quedó a deber en cuanto a entrega, vamos, desaprovecharon un evento en la semana deportiva más importante en el deporte de los Estados Unidos y quizá del mundo.
Al final de la controversial pelea llegaron los fantasmas de los jueces de Las Vegas, increíblemente Steve Weisfeld sumó el combate 117-111 a favor de Teófimo, ¡literalmente una locura!
Teófimo gana con sabor a derrota, Jamaine desaprovecha la oportunidad de su vida y el público que pagó por ver un campeonato del mundo, se fue de la arena con un agridulce sabor de boca, pues el campeón lució mal y frustrado y el retador nunca demostró el hambre de querer coronarse, el que cumplió fue Bob Arum que echó la casa por la ventana para presentar un evento de talla mundial en semana de Super Bowl, pero los protagonistas pelearon como si fuera un “tochito” de barrio.