El proyecto del Tren Maya fue anunciado por el presidente López Obrador poco antes de su toma de posesión, desde entonces poco se había discutido públicamente. Fue un grupo de actores acompañado por investigadores ambientalistas de diversas universidades y centros de análisis, el que abrió el interés público sobre el desarrollo, las repercusiones, los beneficios y los riesgos del Tren Maya .
El nuevo cambio de la trayectoria del Tren está ahora en su ruta número 5. El interés del Presidente es acelerar la construcción de la nueva vía sobre la que circulará el Tren y de hacerlo en el menor tiempo posible, aunque la prisa suele ser una mala consejera, más aún cuando se realizan trabajos de alto impacto, con riesgos enormes de posibles daños incalculables que no tendrían remedio. Afortunadamente, el interés despertado ha colocado los reflectores y el debate informado en su actual y compleja dimensión. Se pretenderá poner nuevos obstáculos, pero el tema está abierto y afortunadamente el debate es ya insoslayable.
Se coloca bajo la luz pública lo que ocurre con el Tren Maya. Se avanzará porque y a pesar de que poco se conoce y se ha discutido sobre el proyecto, se ha echado a andar con muy poca información pública sobre su desarrollo, impactos e incluso riesgos. El tema había despertado poco interés y los debates públicos habían sido casi nulos. En el mes de marzo el tema comenzó a despertar un gran interés cuando un grupo de conocidos actores acompañado por investigadores ambientalistas lo colocaron en el interés público, y en la prensa nacional e internacional.
Desde que se anunció el Tren Maya , no pocos investigadores buscaron información, obteniendo poca o nula, pero profundizando sus trabajos de investigación desde todas las perspectivas posibles y desde el conocimiento de la zona (por más de 20, 30 o 40 años) que atravesará el Tren Maya, en los estados de Yucatán, Quintana Roo, Campeche…
En días pasados, un grupo de destacados investigadores realizaron un programa que fue transmitido por zoom y en el que abrieron la información y las interrogantes que se tienen sobre el avance del Tren Maya en sus distintas vertientes. Sin duda en el centro del interés están los grandes mantos acuíferos subterráneos con una existencia que rebasa los diez mil años. Grandes cuerpos de agua subterráneos que forman el más grande manto acuífero en México y el planeta. Es el agua de la que han vivido los mayas durante miles de años, y que probablemente afecta a Yucatán, Quintana Roo y Campeche.
Pero hay además afectaciones sociales, ambientales, legales y carencia de información. Los investigadores que han trabajado, que trabajan in situ, sin duda tienen más información que los que están realizando la obra.
Hay daños irreparables…
El proyecto del Tren Maya requiere tiempo de estudio. Los expertos investigadores están conscientes de que el Proyecto Ejecutivo representa el 80% y la construcción el 20%. No se puede improvisar, menos aún en el Tren Maya que también carece de un Informe destallado del Impacto Ambiental, sin el cual no se pueden tomar las medidas de protección y de mitigación de daños indispensables y sin las cuales habría pérdidas irrecuperables. Son indispensables los análisis de los académicos, pues no se pueden cometer errores que ocasionarían daños irreversibles.
Se preguntan los expertos de la UNAM y de otras universidades, ¿cuáles pueden ser los efectos de diversos errores?, algunos de los cuales ya se están cometiendo, como la destrucción de bosques para sembrar arbolitos (con el programa Sembrando Vida) que mueren en un año. En el tramo Cinco, por ejemplo, no hay Manifestación del Impacto Ambiental .
Y “¿qué sucede cuando se mete el trazo del tren a la selva? Se generan otros impactos que comprometen el futuro de la sustentabilidad de la Península… ahí estamos en terreno donde hay una situación muy delicada porque el suelo es de roca caliza, muchos de esos agujeros tienen agua y ahí es donde está la el acuífero de la Península. Cuando cruzan la Península no van a ver ríos ni lagos, lo que ven son cenotes. Y eso es agua que permite ese bosque exuberante tropical húmedo". Afirma el doctor Rodrigo Medellín Legorreta, Investigador titular del Instituto de Ecología de la UNAM, con una amplísima experiencia en la zona.
Concluye el doctor Medellín : “El tren como está planeado al día de hoy no es compatible con el desarrollo socioeconómico de la península, no es compatible con la sustentabilidad de la biodiversidad o de los beneficios para el pueblo maya, lo que he pedido al Presidente, después de habernos llamado pseudoambientalistas y preguntado que dónde estábamos hace 30 años. Pues estábamos peleando por la selva Lacandona, llevo en eso 40 ó 50 años".
Seguramente él sabe quiénes son los ambientalistas para él, le he pedido que nos ponga a conversar con ellos, ahí está el diálogo pendiente pero lo único que hay es que nos descalifican y no hay paso hacia adelante.
El panorama es oscuro para la población indígena, la doctora Ana Esther Ceceña se refiere a injusticias sociales a esos pueblos. Primero hay un subregistro de la población indígena porque la metodología con que se mide es sumamente restrictiva: no son reconocidos en las estadísticas a pesar de sus costumbres, su vestir, la lengua en la que hablan, sus visiones del mundo y claves civilizatorias de miles o millones de años. Esas culturas permitieron desarrollar las selvas mucho más, además hay una gran cantidad de especies endémicas en la región.
No pocas interrogantes quedan planteadas por el Tren Maya, por ejemplo como proyecto de turismo acelerado: Cancún de 1,000 hectáreas se extendió a 13,000, lo que provoca más contaminación, crecimiento de la basura; se ha desatado la especulación inmobiliaria, despojos de tierras incluso de manera violenta, uso excesivo de agua del acuífero hasta el punto de disminución del nivel del agua. En cuanto al impacto ambiental, las medidas 1, 2 y 3 no se respetaron.
Por encima de las cuevas ya se deforestó la primera cueva, al poner esas columnas le dan en la torre al ecosistema que ya está muy afectado.
Los problemas y las incertidumbres son muchas, el diálogo nulo con el Presidente es un grave problema que tiene repercusiones negativas más que evidentes. El diálogo es necesario como lo son el Informe de Impacto Ambiental y el Proyecto Ejecutivo, que permita solucionar problemas antes de que se vuelvan catastróficos y sin posibilidad de evitar riesgos y catástrofes que no tendrán solución.
Destruir lo que nos ha dado la naturaleza y han conservado civilizaciones mayas por 10 mil años o más, sería criminal. Para los mayas , para los mexicanos e incluso para el patrimonio mundial.
El Presidente debiera hablar con los expertos ambientalistas, ecologistas , mayistas. Hay un patrimonio de México en riesgo. Los mayas, los animales endémicos, las selvas y el patrimonio histórico y arqueológico lo reconocerán, hoy puede haber mitigación de posibles daños, mañana salvación del mayor acuífero en México y en el mundo. El Tren Maya puede ser un éxito ambientalista o llevar a una catástrofe ecológica y de la civilización Maya en México.