Crecen las tensiones hacia el fin del sexenio, como nunca antes se había visto, con la aprobación de leyes al vapor, enviadas por el Presidente y aprobadas por las mayorías en las cámaras de Diputados y Senadores. O bien estancadas sin soluciones y con divergencias serias por falta de diálogo y previsión, convertidos en estancamientos y rechazos. Ahí está el INAI. Importante y necesaria es aquí la participación de la Suprema Corte de Justicia.
Más allá de la agenda diaria que cada mañana aborda el Presidente sobre los temas de su interés con la orientación y críticas que considera necesarias, sin abordar los más serios problemas como son la pobreza, la violencia, los asaltos cotidianos, las muertes y desapariciones de mujeres y jóvenes, los problemas de salud, de falta de medicamentos, y de atención médica… un lugar particular ocupan las críticas a los periodistas y a la prensa, a las movilizaciones de mujeres y ciudadanos.
En el quinto año de gobierno y cada vez más da una importancia central al poder todavía en sus manos, en las últimas semanas lo que hemos visto es la aprobación de leyes que generan inconformidad por su contenido.
El 29 de abril, en la madrugada el Senado de la República aprobó la iniciativa de Ley General de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación. La Comisión de Ciencia y Tecnología logró la aprobación con 58 votos a favor, 2 en contra y 6 abstenciones. Se turnará al Poder Ejecutivo para su aprobación. Destaca el hecho de no haber escuchado antes de esto las voces de universidades como la UNAM, el IPN, la UAM. Ahí quedó el más duro golpe a la Ciencia, la Tecnología, la Investigación, los posgrados, las becas. Se elimina la meta del 1% del PIB. Futuro cerrado para la Ciencia y la Tecnología. Futuro incierto.
Candidatos a la presidencia, apoyados por el Presidente
La aspirante a la Presidencia que se ve o se veía más cerca del Presidente es Claudia Sheinbaum, que tiene dos problemas: en las elecciones de 2021 perdió la mayoría de las alcaldías en la Ciudad de México y tuvo que reconocer el avance de la clase media, que también perdió, a la que criticó duramente la jefa de Gobierno. Su trato con las alcaldías que ganó la oposición ha sido duro en general e incluso agresivo con frecuencia. Su relación con organizaciones feministas ha sido prácticamente inexistente, en particular cuando se trata de la creciente violencia, desapariciones y feminicidios, su relación con las madres que buscan a sus hijos desaparecidos es también efímera. Pareciera olvidar que las mujeres serán el 52% de los votantes. Pretende ser la primera Presidenta de México.
Marcelo Ebrard es también aspirante a la Presidencia, entre las tres corcholatas (como llama el Presidente a los posibles candidatos) es el que tiene la mayor experiencia, el más preparado, el de un mejor trato político. Cabeza de la política exterior de México, y buen conocedor de la política internacional. Por cierto fue exitoso jefe de gobierno de la Ciudad de México después de López Obrador. El tercer aspirante y la otra corcholata, como llama el Presidente a los aspirantes a la Presidencia de México, es Adán Augusto López.
El tiempo corre y se acercan las elecciones, se tensan las relaciones entre los pretendientes a la candidatura presidencial por parte de Morena, el Presidente también se trata de imponerse buscando de manera incansable que la 4T gane las elecciones presidenciales del 2024 dentro de un año. Su lucha es permanente, busca también garantizar los cambios que ha decidido le son convenientes, involucrando al Poder Legislativo y Judicial, para que aprueben y sigan sus decisiones, se mantiene aferrado al poder y a los cambios que no cesa en señalar que deberán observarse. Ya impuso el cambio de quienes mantenían la independencia y fortalecían la democracia en el INE, buscando poder sobre la Institución. Presiona también de manera brutal a la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que, en su lucha permanente para el triunfo de la 4T, logre ganar elecciones.
Las agresiones a la Presidenta de la Suprema Corte por decisiones legales y justas que no le gustan o le molestan al Presidente porque no coinciden con lo que son o serán sus decisiones. Nunca se vio en la historia nada igual o similar a lo que ocurre, en la falta de respeto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al actuar de conformidad con sus atribuciones y obligaciones. Las agresiones y rechazos del Presidente han rebasado límites a sus atribuciones e incluso en algunas formas pueden ser considerados como violentos. El Presidente no acepta los tres reveses de la Corte a su gobierno. La estrategia para que Morena obtenga la mayoría se sale de límites. Es complejo y peligroso para nuestra democracia. Y todavía se puede pretender ir más allá. Hay tres rechazos legales de la Corte como corresponde a sus atribuciones, aunque el Presidente pretenda no aceptarlos. ¿El Presidente podría intentar renovar, cambiar, el poder a la Suprema Corte de Justicia de la Nación? Pero la ley es la ley. Y el Presidente no puede actuar fuera de la Ley. ¿El Presidente va fuera de la ley? ¿Insistirá en un Plan C? Ha afirmado que actuará. Afirmó que cuando esté instalada la nueva Legislatura va a enviar una reforma Constitucional, que buscará renovar el INE y el Poder Judicial. Lamentable escenario el que se anuncia.
Curiosamente, los hermanos del Presidente se ubicaron ya como parte de los interesados de uno u otro candidato: Inició Pío dando su entusiasta apoyo a Marcelo Ebrard y recomendando su reciente libro. Poco después, Claudia Sheinbaum recibió el apoyo del otro hermano de López Obrador.
Ella insiste en que Ebrard fue el responsable del accidente del metro en que murieron 26 personas, porque él fue quien inauguró hace varios años el metro accidentado. Claudia trata de permanecer fuera de cualquier responsabilidad de ese accidente, cuando ha considerado que tuvo responsabilidad por falta de mantenimiento del Metro.
Finalmente habrá que ver qué sucederá en las elecciones de 2024 sin el INE, con una democracia afectada en la que AMLO pretenderá influir e incluso controlar. Hay que tener en cuenta la mala relación del Presidente con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y en particular con la ministra Norma Piña, presidenta de la Corte, mujer con amplia experiencia y con carácter, con quien el presidente López Obrador ha tenido una irrespetuosa, mala y crítica relación. Pretende incluso controlar el Poder Judicial, aspiraciones de un tirano en otros tiempos.
Rectificar no es perder, es ganar. Norma Piña es la cabeza de la Suprema Corte y del Poder Judicial.
Periodista, analista internacional