Una reunión positiva y singular tuvo lugar en la Casa Blanca. Fue el Primer encuentro político y personal del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, socios del TMEC para dialogar sobre los temas de interés común para las relaciones entre los tres países: el comercio, la economía, destacaron además los diálogos sobre diversos temas de interés común. Destacó la cordialidad y el buen trato en los diálogos bilaterales y trilaterales sostenidos.
No se puede dejar de reconocer que la relación bilateral entre México y Estados Unidos a lo largo de los últimos tres años ha sufrido tensiones importantes, la más destacada en relación con la migración de caravanas desde América Central que no disminuyen y que buscan llegar a la frontera con EU: un drama humano de miles de familias y una grave violación a los derechos humanos de los migrantes en territorio mexicano mientras avanzan desde Guatemala y México hacia la frontera con Estados Unidos.
El presidente López Obrador felicitó al presidente Biden por la iniciativa que aún no ha sido enviada a la Cámara de Representantes para legalizar la situación de 11 millones de indocumentados en EU, la mayoría mexicanos. Fue un desatino la felicitación de AMLO para apoyar la política interna de Biden que cuenta con duras críticas de legisladores que se oponen a su aprobación. López Obrador afirmó que exhibirá a los legisladores que no estén a favor de la reforma migratoria impulsada por Joe Biden. Sus palabras y amenazas pesarán negativamente sobre la difícil aprobación. “No me defiendas, compadre”. Una ayuda de buena fe que estorba y fortalece la oposición.
El otro tema que quedó en el aire es el de la reforma eléctrica de México y sus negativas consecuencias sobre la continuación de la utilización de energías fósiles y combustóleo por parte de México, así como la afectación o cancelación de los contratos de energías limpias de empresas estadounidenses, otra piedra en el zapato. Es muy posible que esto siga discutiéndose con el apoyo de Biden, hay que recordar que la poderosa American Chamber of Commerce, de Estados Unidos, la de Canadá y el CCE de México se oponen a dicha reforma. Se trata sin duda de otro tema que deberá encontrar una salida acordada por los tres países. También es un problema no solucionado que afecta inversiones de empresas estadounidenses que invirtieron en energía limpia, cuyos contratos no se sostienen. Estos dos temas no fueron abordados en el encuentro trilateral, sin embargo, persistirán hasta alcanzar acuerdos.
El pasado jueves 18, los temas de migración y energía no fueron abordados por la reunión trilateral, pero están ahí y habrá que encontrar soluciones. En particular el de la migración indocumentada tiene ya demasiado tiempo de haberse convertido en la gran crisis humanitaria de América del Norte.
La otra cuestión a destacar es la importancia del diálogo entre los tres países, los Three Amigos. No está de más recordar que en no pocas ocasiones, las políticas externas son también políticas internas, es decir tienen una doble cara que puede requerir acuerdos aceptados por ambas partes, aunque sean decisiones también de política interna. Hubo avances, se fortalecieron las relaciones trilaterales con los acuerdos y la firma del TLCAN que desde entonces fue un tratado no sólo de economía sino también de política y de seguridad nacional; ésta última se amplió después del ataque a las Torres Gemelas el 11S; el perímetro de seguridad de EU se amplió hasta Centroamérica.
El mismo día de la reunión trilateral en la Casa Blanca, por la mañana Biden había firmado un muy importante Tratado que establece una ley que permite a Estados Unidos perseguir en cualquier país a quienes ataquen a sus agentes.
Asunto de seguridad de EU que aplica para todos los países. Política interna en defensa de intereses de política exterior. Biden lo informó así en la reunión trilateral.
Finalmente hay que destacar el giro que Biden plantea para su política exterior: las relaciones de EU no se establecen con países que son patios traseros o subordinados. “Somos iguales”, señaló respecto a las relaciones de EU con México y Canadá. Esfuerzo que habrá que continuar como lo hicieron durante años las ciudades hermanas a lo largo de la frontera Méx-EU.
Esto no significa que no sea, como ha sido, del interés fundamental de EU la estabilidad de México. Estabilidad significa también seguridad. Habrá que echar las barbas a remojar y comenzar a reconocer que la política de “abrazos no balazos” de la 4T no ha funcionado. México es un país con una inseguridad creciente y una violencia criminal que solo puede equipararse a las pérdidas de las guerras. La seguridad de México está vinculada con la de Estados Unidos. Hoy por hoy, resolver el fenómeno migratorio es una cuestión central, extremadamente complicada, que atañe a la seguridad de EU como la de México y la estabilidad regional. No ha habido avances en los últimos 3 o 4 años, por el contrario los dramas crecen. La gran tarea pendiente es encontrar soluciones concertadas que pongan fin al drama migratorio, el más grande en la historia de América del Norte. Sólidas relaciones y acuerdos trilaterales son necesarios.
Dan ganas llorar al ver las imágenes de niños separados de sus padres, de migrantes que marchan descalzos y no encuentran dónde dormir, de niños que enferman y no pueden continuar, del hambre y la sed que los ahoga, de madres que cargan a sus hijos o que lloran en el parto en medio de la nada, de los robados o secuestrados por criminales, del calor o el frío insoportable para los que avanzan en las caravanas y luego no encuentran un espacio para dormir… ¡Basta ya, esto es inhumano!
Periodista, analista internacional.