Durante años, en varios países de América Latina, fueron electas mujeres que ocuparon el cargo de presidenta y que al gobernar dieron muestra elocuente de su capacidad. México, sin embargo, ha sido la excepción que hoy pretende romper Claudia Sheinbaum, gracias a la decisión y el apoyo del presidente López Obrador y de la 4T. Su sueño y empeño de llegar al cargo es tan evidente como la transgresión de normas electorales para las campañas que obligan a dejarla función pública antes de iniciar públicamente la campaña electoral. Sheinbaum, sin embargo, se mantiene al frente del gobierno de la Cd. de México y al mismo tiempo como aspirante a la candidatura de la Presidencia de México.

Habrá que echar un vistazo a lo que aconteció en otros países: en Nicaragua gobernó, tras ser electa, Violeta Chamarro, del 25 de abril de 1990 al 10 de enero de 1997, buscando disminuir las agresiones de E.U.  
En Panamá gobernó Mireya Moscoso y trabajó al lado de otras mujeres del 1 de septiembre de 1999 al 1 de septiembre de 2004.  Se nombró a sí misma heredera política de su esposo Arnulfo Arias.

Laura Chinchilla fue electa presidenta de la república de Costa Rica de 2010 a 2014. Fue la primera mujer presidenta desde que se permitió el voto femenino en 1949. Con anterioridad había ocupado el cargo de vicepresidenta y de Ministra de Justicia. Su promesa principal fue mejorar el clima de seguridad ciudadana mediante una propuesta integral, el país observaba un crecimiento sostenido de la criminalidad en prácticamente todos los delitos.  

Michel Bachelet Jeria, médica y política destacada en Chile, estudió Medicina. Hija de Alberto Bachelet, general de brigada de la Fuerza Aérea y miembro del gobierno de la Unidad Popular. Tras el golpe del 11 de septiembre e 1973, su padre fue detenido por la dictadura militar y murió en prisión, pasó a la clandestinidad, ella y su madre fueron detenidas antes de partir al exilio.  Regresó al país donde se convirtió en figura de gran popularidad y en el año 2000 fue Ministra de Salud en el gobierno de Ricardo Lagos y en 2002 fue Ministra de Defensa, primera mujer en ocupar dicho cargo en Chile e Iberoamérica.

Candidata a la presidencia, ganó las elecciones el 11 de diciembre y en segunda vuelta el 11 de enero de 2006.  Tras su mandato asumió la Secretaría General Adjunta de Naciones Unidas. En 2013 fue nuevamente candidata a la presidencia de Chile con el Pacto Nueva Mayoría, donde obtuvo una amplia mayoría en las elecciones presidenciales de 2013, siendo electa para un segundo periodo que inició el 11 de marzo de 2014.

Dilma Vana da Silva Rousseff, economista y política brasileña, hija de madre brasileña y padre búlgaro se desarrolló políticamente al lado de Lula da Silva, dos veces electo como primer mandatario. Como jefa de gabinete, era una persona relativamente nueva en el PT.  El 3 de octubre de 2010, en las elecciones generales en Brasil, Dilma obtuvo el 56 por ciento del total de votos válidos. Así ocupó el más alto cargo que le dieron los votos como presidenta de Brasil.

En México fue hasta 1953 cuando las mujeres alcanzamos el voto universal, con el derecho a votar y ser votadas. Así, en 1979 se eligió a la primera mujer gobernadora, que obtuvo el voto de la mayoría en el estado de Colima. Y aunque las mujeres somos desde entonces reconocidas como ciudadanas mexicanas con todos los derechos, no hemos tenido una sola mujer que sea candidata y que gane una elección presidencial.  

El panorama es oscuro. Hoy aparece una mujer que aspira a la Presidencia, no por trabajo y decisión propias, sino porque al Presidente se le ocurrió dar a conocer el nombre de quien a él le gustaría fuera electa.  Es decir, no por un trabajo propio de la posible candidata que podría ser electa, pues no hay una construcción propia de la supuesta candidata, como en 1979 cuando Griselda Álvarez resultó electa como primera gobernadora de la historia. Ella lo logró por méritos propios, como posteriormente lo lograron algunas gobernadoras más.

Hay que añadir que el país atraviesa por la peor crisis de delitos contra las mujeres: ahí están los crecientes feminicidios, las desapariciones forzadas, cadáveres de mujeres golpeadas, torturadas, quemadas y madres que buscan desesperadas, y también ataques contra las niñas, las jóvenes…   y violencia también en no pocos hogares… No hay política que detenga este desastre.

Y para colmo, las políticas públicas no apoyan, sino afectan a las mujeres con el cierre de guarderías, con la reducción y casi desaparición de los refugios para proteger a las mujeres y a sus hijos, de sus agresores.  Las cifras de las agresiones, los feminicidios y los ataques de todo tipo muestran que sigue creciendo la violencia. Nunca había atravesado México por un periodo tan oscuro.

No disminuyen, sino aumentan las agresiones. El gobierno debería escuchar a los colectivos feministas y tener en cuenta sus necesidades y propuestas. ¿Y qué tal si la mujer que está buscando la Presidencia escuchara de una vez por todas las voces y las lágrimas de quienes buscan a las mujeres desaparecidas?  ¿No es posible una política efectiva para frenar las agresiones contra niñas y mujeres?

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