En Ecuador, Chile, Bolivia y Colombia el descontento social se manifiesta en estallidos de reclamos y protestas sociales de origen diverso, pero con un denominador común que se llama desigualdad y gobiernos que no atienden las demandas sociales y económicas de indígenas, campesinos, trabajadores sindicalizados o informales, clases medias para las que las oportunidades disminuyen hasta desaparecer, democracias que se debilitan, sistemas educativos que no responden a las expectativas y de sistemas económicos en los que priva la desigualdad. América Latina es la región con mayor desigualdad, como reconoce la CEPAL. Las recientes manifestaciones de hartazgo con las políticas públicas en los países mencionados coinciden en el fondo, pero tienen características particulares en cada país.

Un breve recorrido por estos convulsos tiempos políticos puede ser útil. En Ecuador las protestas contra el gobierno del presidente Lenin fueron encabezadas por indígenas organizados a partir del rechazo al aumento en las cuotas del transporte, que destaparon demandas múltiples propias y sociales más amplias. Hasta ahora gana la protesta, que aguantó todo, y que sigue ahí con demanda tras demanda.

En Chile las protestas se iniciaron desde sectores medios descontentos con las políticas del gobierno de Piñera, que decidió responder con la represión a manifestaciones multitudinarias, tal vez nunca imaginadas por el mismísimo presidente. Intentó la represión durísima, pero siguen multitudes en las calles protestando contra el sistema económico mismo. Muertos, heridos, encarcelados, pero el movimiento no cede a pesar de que ese sistema económico ha sido el más exitoso en América Latina. Chile es el país más desarrollado. En la cuarta semana se acordó la elaboración de una nueva Constitución, una demanda impuesta por la fuerza tanto al presidente como a la derecha que mantiene una cierta resistencia. En la quinta semana el gobierno chileno aprobó alza de hasta 50% en las pensiones mínimas y una rebaja de un 50% en la tarifa del transporte público para mayores de 65 años. La CIDH confirma violación a los derechos humanos en Chile.

La crisis boliviana se inició el 20 de octubre con la elección de Evo Morales para un cuarto periodo, se cometieron errores y se desconoció el triunfo. Morales ofreció una nueva elección, las manifestaciones mayoritariamente de apoyo irrumpieron en la política. Hubo duros choques contra manifestantes en favor de Evo, en su mayoría indígenas. Muertos, heridos, perseguidos, apresados, los pueblos lo apoyan. Hubo una auditoría de la OEA al proceso electoral que descalificó la elección. Militares “sugirieron” a Evo Morales que renunciara; lo hizo, creció la tensión hasta que salió del país asilado por México. Golpe de Estado.

Paralelamente se autoproclamó presidenta Jeanine Añez, la reconoció el Secretario General de la OEA y la mayoría del Consejo Permanente. Protestó Uruguay: La OEA no puede desconocer ni reconocer gobiernos. Añez no tiene reconocimiento del Congreso de Bolivia: golpe de estado. Hoy Añez pide a opositores que la dejen gobernar sin mas sustento a su gobierno que ese reconocimiento de la OEA y el Secretario General actuando fuera de sus funciones. Añez autoriza masacres y lamenta muertos y heridos. Brutal ataque a una caravana que trasladaba los féretros de los indígenas muertos. EU sugiere que Evo debe quedarse al margen de las elecciones que organizará Añez.

El régimen de Añez acusa a Evo de sedicioso y terrorista, de dirigir operaciones en Bolivia desde México. Exige investigación. Responde Evo Morales: “Falso, todo es un montaje”. Sorpresa: vuelve a sesionar el Congreso Boliviano.

Se iniciaron el jueves las protestas y la represión en Colombia. Marchas masivas iniciaron con el llamado a una huelga general. El descontento se manifiesta de distintas formas, hay lugares en que se manifiesta con cierto humor festivo, con coros y alegría. En Bogotá hay enfrentamientos, helicópteros, sirenas. Toque de queda en Cali. Dicen que un millón de personas se manifestaron en el país. El gran cuestionado es el presidente Iván Duque por sus políticas, por el desconocimiento de los acuerdos de paz con las FARC, por retrocesos y asesinatos en los que fallecieron niños.

El panorama de lo que acontece en Latinoamérica deja planteada la interrogante: ¿será que el sistema neoliberal está tocando fondo?

Periodista, analista internacional

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