Una salvaje matanza con balas y fuego acabó con la vida de tres madres y seis niños pequeños de la familia LeBarón, en una emboscada en la frontera de los estados de Sonora y Chihuahua. Otros seis niños sobrevivieron heridos y escondidos en la maleza hasta que llegaron a rescatarlos sus familiares cuatro horas después; sobrevivió milagrosamente una bebé de siete meses escondida por su madre en la parte trasera de uno de los vehículos. Minutos antes de la criminal emboscada, las familias habían dejado su comunidad mormona. Los muertos eran ciudadanos méxico-americanos con doble nacionalidad de una importante comunidad mormona. La criminal agresión ocurrió cerca de la ruta del tráfico de drogas hacia Estados Unidos, disputada entre los cárteles.
Frente al horrendo crimen, Trump reaccionó de inmediato ofreciendo apoyar militarmente una guerra, en territorio mexicano, para “borrar de la faz de la tierra” a esas organizaciones criminales de una vez por todas. El injerencismo y la violencia belicista fue rechazada por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien afirmó que la acción contra grupos delictivos en México se llevará a cabo con “independencia y soberanía,” advirtiendo que la cooperación bilateral tendría que desarrollarse en el marco de la legalidad internacional vigente. En pocas palabras y de manera contundente, rechazó la intervención de un gobierno extranjero y la irracionalidad de la guerra. Es importante que la investigación de México arroje resultados en el corto plazo, ese horrendo crimen no puede quedar impune. Quienes lo comentieron deben pagar un muy elevado costo.
Trump aprovechó la oportunidad para dirigirse a sus bases belicistas y supremacistas. Un día después se apoyó en la tragedia para reafirmar la necesidad del Muro en la frontera con México dados los acontecimientos, que movilizó a los halcones. El diario Wall Street Journal en un editorial atizó los fuegos apoyando las posiciones injerencistas y belicistas de Trump. El congresista Chip Ray dijo que “tenemos narcoterroristas en todo el territorio de México que causan estragos en su sociedad y que se expanden a través de nuestras fronteras”. Otro congresista de Texas afirmó que EU probablemente debería considerar estar en guerra contra los cárteles en México. Algunos congresistas llamaron a la violencia de los cárteles, terrorismo. Lo que no es una cuestión menor cuando las leyes de EU permiten combatir el terrorismo fuera de sus fronteras.
La violencia de los cárteles creció en México a partir de la guerra contra el narco y de que en 2008 el gobierno otorgó a agencias gubernamentales de EU autorización para realizar tareas de inteligencia y planificación incluso con participación en toma de decisiones y personal armado. Aquello era parte de la guerra contra las drogas y de una apertura apoyada en la llamada Iniciativa Mérida.
Nada es sencillo, hay que recordar que México tiene una frontera de más de 3,000 kilómetros con el país más poderoso en materia militar y el de mayor consumo de drogas en el mundo; millones adquieren drogas en el más grande mercado del planeta. Los cárteles de la droga y el crimen organizado han crecido en poder y violencia gracias a las armas que adquieren o contrabandean desde Estados Unidos, el mayor productor de armas en el mundo. Allá adquieren armamento incluso de guerra con el que los cárteles de la droga se fortalecen e incrementan la violencia. Trump ofreció a López Obrador que iba a atender ese asunto en una conferencia telefónica el 19 de octubre. No ha hecho nada. Por otro lado, hay un acuerdo bipartidario para que sea obligatorio verificar los antecedentes de quienes adquieren armas (Background Checks Act), la iniciativa aprobada por la Cámara de Representantes en febrero cerraría la posibilidad de que los traficantes pudieran adquirir armas. Pero el Senado de mayoría republicana la dejó en la congeladora. En una encuesta publicada en julio el 89% apoya la verificación para adquirir armas. El crimen organizado en México adquiere y utiliza también métodos de contrabando para tener armas de todo calibre, incluso armas que se utilizan en la guerra. El 70% de las armas incautadas en México provienen de Estados Unidos y el 80% de los crímenes con armas de fuego utilizan las adquiridas también en EU.
El otro asunto que tiene que ver también con EU y el sistema bancario internacional es el lavado de dinero de los cárteles. Se realiza a través de bancos internacionales, el sistema bancario más fuerte es de EU. Son muchos los estadounidenses que mueren en ataques armados en escuelas, parques, iglesias; no han podido controlar las balaceras internas. La venta de armas es un gran negocio. La fortaleza de los cárteles se sostiene en las armas, el tráfico de drogas y el lavado de dinero desde hace décadas y es cada vez mayor. En el libro Coca Coke, Alain Labrousse (1982, Editions La Decouvert), afirma que la economía del narco-dólar sin los bancos de Florida sería imposible.
Periodista, analista internacional