Si la iniciativa constitucional para la reforma eléctrica ya era un asunto complicado en México, ahora lo es aún más: el embajador de EU en México, Ken Salazar, se reunió en Palacio Nacional con el canciller Marcelo Ebrard para abordar el tema. En su cuenta de twitter el embajador había expresado serias preocupaciones que Washington tenía respecto a ese “crítico asunto de la reforma eléctrica en México”. Ken Salazar representa al gobierno del presidente Biden, por lo que no fue una cuestión menor la crítica mencionada y la reunión que se desarrolló el miércoles en Palacio Nacional, que perfila tensiones y desacuerdos en la más compleja, asimétrica e importante relación bilateral de México.
Muy en el tono de AMLO, el canciller Marcelo Ebrard reclamó al embajador estadounidense por sus expresiones en contra de la reforma eléctrica, reiterando que había un acuerdo entre funcionarios de ambos países para que Washington no definiera una posición “hasta tener información de lo que es esta reforma”. El gobierno de EU no se había pronunciado públicamente sobre la reforma eléctrica en México con anterioridad. Ebrard insistió a EU, representado por Ken Salazar, conocer la reforma eléctrica antes de fijar una postura, conforme a acuerdos anteriores en reuniones binacionales. En el diálogo con el embajador Ken Salazar, Ebrard se mantuvo en tensión aunque con cierto tono diplomático. Fueron claramente expresadas las preocupaciones de Washington por la reforma eléctrica, que afecta intereses estadounidenses y acuerdos bilaterales y del TMEC.
Quedó claro que desde la Cancillería hay interés también por escuchar los planteamientos y preocupaciones externados por empresas estadounidenses y por un grupo de legisladores de EU, críticos a la reforma eléctrica.
Inició así una discusión en la que EU tiene razones para discutir y opinar sobre la reforma eléctrica en México, con obligada consideración a los acuerdos del TMEC entre Estados Unidos, México y Canadá. El embajador Ken Salazar, político moderado en un twit un día antes de la reunión en Palacio Nacional, afirmó que identificaba serias procupaciones por parte del gobierno de EU en relación con la reforma eléctrica del presidente López Obrador que busca concentrar la producción y distribución de electricidad en la CFE. Ebrard insistió en la necesidad del diálogo, sobre la base del proyecto de reforma, “porque si nos vamos a guiar por las opiniones de terceros, nos vamos a extraviar en el camino”. Haya sido como haya sido, en el centro quedó la expresada la preocupación y la posición crítica del gobierno de Biden, expresada por el embajador Salazar, frente al proyecto de reforma eléctrica, que tiene carácter constitucional.
El embajador Ken Salazar reiteró, al final de su reunión en Palacio Nacional, que, efectivamente, expresó serias preocupaciones de Estados Unidos, entre ellas destaca la crítica a la decisión del gobierno de México para excluir a empresas privadas estadounidenses del sector energético, políticas discriminatorias contrarias a sus compromisos internacionales, incluyendo el acuerdo de EU-México-Canadá, el TMEC.
El tema se calienta en EU con la misiva de alrededor de 40 legisladores (republicanos) que señalan que hay una abrumadora lista de acciones discriminatorias y que afectan los intereses de empresas estadounidenses que requieren una respuesta oportuna y clara: “nosotros los instamos a que redoblen sus esfuezos para presionar a las autoridades mexicanas para que detengan tales acciones”. Y exigen que las empresas estadounidenses que operan en México tengan igualdad de condiciones según lo previsto en el TMEC, señalan los congresistas. Y expresan que el gobierno mexicano pretende dar un trato preferencial a Pemex y CFE, lo que sería violatorio de los acuerdos de los tres países signatarios del TMEC. Ha tomado posición crítica también la poderosa American Chamber of Comerce. Todo esto es un golpe que afecta a la inversión extranjera en México. El presidente Biden ya dio o está a punto de dar un manotazo sobre la mesa. No hay que perder de vista que la relación con EU es la más importante para México.
Las cosas se complican aún más para México con el envío de una carta suscrita por 40 legisladores republicanos con sus reclamos sobre lo que acontece en México con la reforma energética, entregada al Secretario de Estado Anthony Blinken, a la Secretaria de Comercio, al Secretario de Energía y a la representante comercial, manifestando su profunda preocupación sobre la escalada del gobierno de México para excluir a empresas estadounidenses. Es evidente que en América del Norte, los compromisos internacionales responden a los intereses y compromisos de tres países. Y que, por lo tanto, tiene que llegarse a acuerdos, AMLO no puede imponer sus políticas.
Tiene que haber acuerdos: basta presidente López Obrador, no se olvide que hay compromisos internacionales que deben ser respetados. Y que hoy la recuperación económica de México después de la pandemia está más vinculada que nunca a la relación con Estados Unidos y con el TMEC. La relación bilateral asimétrica es más compleja que nunca, baste voltear a la frontera con México y la difícil relación con los temas migratorios.
La iniciativa constitucional de reforma eléctrica en México enfrenta también serios obstáculos nacionales no sólo en las Cámaras y entre los partidos políticos. Por lo pronto, la reforma eléctrica quedó aplazada temporalmente, se reiniciará el debate en diciembre y no habrá resultados hasta mediados de abril. El senador morenista, Ricardo Monreal afirma que “aplazar la reforma eléctrica permitirá enriquecer la iniciativa, siendo esta una decisión prudente y sensata” (¿léase reformar?). Para concluir puede decirse que la iniciativa de reforma tiene tres caras: la del interés nacional como lo entiende el presidente López Obrador; la que tiene que plegarse a los compromisos firmados en el TMEC y la de la relación México-Estados Unidos, en la que habrá que escuchar a empresas e inversionistas estadounidenses, a legisladores, a otros interesados y desde luego al gobierno del presidente Biden. La relación bilateral es crucial para ambos países.
Periodista, analista internacional